La hepatitis A es un problema de salud pública a nivel internacional y, según la Organización Mundial de la Salud, es una de las cuatro enfermedades infecciosas más prevalentes del mundo.

Esta enfermedad es provocada por un virus clasificado como Hepatovirus, que tiene la capacidad de producir inflamación en el hígado, manifestándose a través de cuadros febriles, decaimiento, náuseas, falta de apetito y molestias abdominales.

La Región del Bío Bío lidera la tasa de incidencia muy por sobre el resto del país, con un aumento del 146% de casos en el último año, lo que ha generado gran preocupación entre las autoridades sanitarias.

Cabe consignar que esta enfermedad tiene una forma leve, que dura una o dos semanas, y una forma grave e incapacitante, que no es frecuente y se extiende por varios meses.

La principal vía de transmisión es fecal-oral, esto es, cuando una persona no infectada ingiere alimentos o agua contaminados por las heces de una persona infectada. También se transmite persona a persona en ambientes donde la higiene no es adecuada.

Comúnmente, la infección se asocia a la falta de agua potable, a un saneamiento básico deficiente (hacinamiento, viviendas sin instalaciones sanitarias) y a una mala higiene personal, siendo éstos los principales factores de riesgo de contagio.

En marco de lo anterior, el factor principal que impide el contagio de la hepatitis, es la higiene personal, por lo cual se recomienda lo siguiente: lavar las manos antes, durante y después de preparar los alimentos; antes de consumir alimentos y después de usar el servicio higiénico. También se aconseja lavar los alimentos, cuidar su almacenamiento y preparación, asimismo beber sólo agua potable, si no dispone de ella, hervirla durante 1 a 2 minutos. Lavar prolijamente pescados y mariscos y luego hervirlos por lo menos un minuto; evitar la contaminación cruzada, separando los alimentos crudos de los cocidos, y mantener limpios los utensilios y superficies de la cocina al igual que los artefactos del baño (lavamanos, taza, baño) que se deben asear con agua, detergente y cloro.

Otra de las recomendaciones fundamentales es comprar y consumir preparaciones alimentarias solo en lugares autorizados.

Cabe destacar que la HVA no se transmite por compartir utensilios, cigarrillos ni por besar a una persona infectada, pero sí es necesario no descuidar el saneamiento ambiental, el acceso a agua potable y las adecuadas medidas de higiene personal.