Dime qué compras y te diré quién eres
Si usted ya se acostumbró a dictar su cédula de identidad cada vez que una cajera o centro de pago se lo solicita preguntando ¿junta puntos?, después no se lamente. Las empresas manejan nuestra información en un modelo que apunta a la predictibilidad de compras. Si bien es una estrategia algo antigua, donde incluso algunos hombres de márketing lo han encasillado en el concepto de CRM, con la evolución natural de la tecnología nos veremos enfrentados a muchos dispositivos que activarán la batería de aplicaciones que modificarán la forma como las marcas se relacionan con nuestros hábitos de compra.
La implementación de la biometría facial, dado nuestro acostumbramiento a las cámaras de seguridad, detectarán nuestro ingreso y los sistemas asociados a nuestra CI comenzarán el trabajo, primero para establecer el monto que habitualmente consumimos y después, según el día y hora, determinar o predecir qué artículos potencialmente compraremos. Es evidente que todos estos datos ya están en su base de información, siendo muy sencillo para ellos ofrecernos carnadas atractivas para caer en la tentación. Por ejemplo, si nuestro registro de compra indica que ese día y hora normalmente compramos una determinada marca de leche, qué ocurriría si en lugar de estar el producto en el pasillo se encuentre vacío y sólo haya un display (Cartel) que nos diga 'su leche está en la caja lista para que la lleve'. Evidentemente la sensación de incredulidad se apoderaría de nosotros y, tal vez, sólo unos pocos se preguntarían ¿cómo sabían que vendría por la leche?
Pues elemental, mi querido consumidor, las marcas ya saben todo sobre usted y muy pronto verá ésta y otras estrategias de márketing que buscarán demostrar lo mucho que lo conocen, no obstante, detrás de eso también existe una manipulación consensuada por usted, que ya ha disfrutado canjeando puntos por módicos descuentos a cambio de la información más valiosa: sus hábitos de compra. Por lo que deberá prestar mucha atención si no quiere caer en el juego de la venta por insinuación, que en algunos casos ya lo empiezan a aplicar cuando llega a la caja y le ofrecen un pañuelo desechable, un bloqueador solar o algún jarabe gracias a que justo ese día estaban con un descuento especial.
En fin, después no nos quejemos que nos espían, si somos nosotros quienes les abrimos la puerta a las marcas por unos pocos puntos o clubes de afiliación que no hacen más que engrosar la lista de tarjetas en nuestras billeteras.