Con los niños, no basta limitar el uso del celular
Nos relacionamos con otros en medios virtuales, un constante ir y venir de comentarios, estados de ánimo, fotografías, y un largo etc.
Estas nuevas formas de comunicarnos aparecen como muy atractivas y han permitido inmediatez en la comunicación.
Sin embargo, al ver a nuestros hijos absortos en una pantalla de 4 pulgadas mientras se comparte el almuerzo puede ser una imagen demasiado recurrente. Del celular a la tablet o al notebook, nos impresiona la facilidad que tienen niños y adolescentes para enfocar su atención en estos gadget y muchas veces hacemos esfuerzos por limitar su uso, especialmente en los pocos espacios que se tienen en la familia para compartir.
Saber lo que ocurrió en el día, expresar lo que pensamos cuando no nos limitan 140 caracteres, puede parecer una tarea difícil y a veces imposible.
¿Qué podemos hacer? Los expertos y el saber popular señalan que es importante empezar por dar el ejemplo.
Los padres debemos abstenernos de llevar el celular a todas partes, dejar de colocarlo sobre la mesa, y preguntar a nuestros hijos por su día.
Siempre preguntas concretas, no basta solo el ¿cómo te fue hoy? Debemos ser más explícitos, preguntar por sus compañeros, invitarlos a comprar o dar una vuelta.
El limitar el uso o abuso de la tecnología no implica solo establecer horarios en su uso, sino que incorporar actividades en la familia que requieran movernos.
Además, acercarnos a nuestros hijos y el pedir ayuda para cosas que sabemos que ellos son expertos como configurar el celular, mejorar una fotografía o hacer un video familiar permite abrir espacios de comunicación, donde la tecnología no es el medio sino que la excusa para conversar.