Contento y satisfecho estaba ayer Andrés Fosk, gerente comercial de Pesquera Landes, al contemplar la nueva sala de ventas, la misma que resultara completamente destruida junto con la planta industrial tras el devastador terremoto y tsunami que arrasaron la zona aquella noche del 27 de febrero de 2010.
'Es un día bien especial, un día bonito y nos da gusto estar cumpliendo etapas, ofreciendo una gran variedad de productos, lo que responde a la petición permanente de la comunidad', dijo a los invitados.
Pesquera Landes es una empresa con un profundo arraigo en Talcahuano y que este 2014 cumple 55 años aportando al desarrollo del puerto, centrando su operación productiva en la Isla Rocuant. Hoy, en sus plantas de congelados y harina procesa productos de consumo humano como la jibia y jurel y para nutrición animal, la sardina y anchoveta, siendo sus principales destinos de exportación Asia, África, Europa y América.
Landes fue pionera cuando en 2007 abrió la primera sala de ventas de productos del mar de alta calidad a la comunidad y ese esfuerzo continúa, dice Andrés Fosk. 'Tratamos de asegurarnos que la calidad sea la mejor, igual que antes, aunque ahora hay más competencia, lo que me parece fantástico porque es bueno que todas las empresas traten de mostrar sus productos y de estar más cerca de la gente'.
Los productos que se están elaborando se están comprando a terceros. No se está procesando pesca propia.
'Hay una parte de la actividad que teníamos previa al terremoto que ya no está y es la planta de filete y la de ahumados. Esos productos hoy se están sustituyendo a través de poder hacernos de lo mejor que encontremos, verificando que la calidad sea súper buena y ponerlos a disposición de la gente a un precio súper conveniente'.
A pesar de los inconvenientes la compañía aumentó en 70% su dotación durante el último año gracias a que comenzaron a procesar jibia aparte de sólo el jurel que tenían.
Al respecto, el empresario señaló que 'ojalá que tanto ruido de gente que se está peloteando la jibia para un lado y otro se ordene. Existe espacio para la pesca industrial y para la artesanal que tiene el 80% de la cuota, las plantas que podemos comprar somos nosotros, que hemos sido socios del mundo artesanal por décadas y esperamos seguir siéndolo, entonces no veo porque no se puede seguir conviviendo y desarrollando el negocio. Una parte importante de la gente que trabajaba en la planta de filete, hoy está con nosotros procesando jibia y eso es muy positivo para la zona'.