Hace un año, exactamente, se dio inicio en la Región a un catastro de Colectores de Aguas lluvias, involucrando a las 12 comunas de la Región que cuentan con Plan Maestro de Aguas Lluvias, y por ende, con este tipo de estructuras bajo tierra. El análisis se titula 'Actualización catastro redes secundarias de aguas lluvias región del Bío Bío', y busca conocer la real situación de los colectores del sistema secundario de aguas lluvias -perteneciente al Minvu- que desde 2004 no sufren modificación alguna.
'El hecho de poder tener este catastro nos va a permitir definir y modelar las aproximaciones en mantención. Hablo de preocuparnos de que los colectores estén en óptimas condiciones, pero también nos ayudará a hacer cambios que nos permitan ir adecuando nuestros colectores a la realidad existente de lluvias en la zona. Es decir, mantención, reposición y actualización en términos de dimensiones', explicó Arévalo, refiriéndose, por ejemplo, al ensanche de las tuberías. Éstas, en la red secundaria del Minvu, suelen tener 600 milímetros de diámetro, y tal como explicó el seremi, y como se pudo ver durante los últimos temporales, no dieron abasto.
Pero además de esto, según informó el seremi del Minvu, Jaime Arévalo, el objetivo es dar un vuelco a este estudio iniciado en el gobierno de Sebastián Piñera. Y el giro pretende generar, a partir del catastro, el primer Observatorio Urbano de la zona, en el que se podrá, a través de diferentes tipos de catastros, saber la realidad del territorio regional en diferentes niveles respecto a sistemas urbanos.
Como explicó Arévalo, utilizando como punto de partida el catastro, que terminará en marzo de 2015, se pretende iniciar el primer Observatorio Urbano, pensado como una sumatoria de todas las intervenciones vinculadas al ámbito ciudad en la Región.
El seremi lo explicaba en detalle: 'Si yo en este papel tengo el trazado de las redes secundarias en un sistema de información territorial y superpongo los parques, en otra capa las viviendas, en otro plano los terrenos públicos o privados, la dotación de servicios, etc.; la idea es que podamos contar con un sistema de información territorial que nos permita, en un solo acto, conjugar los usos y el estado del arte que tienen los diferentes territorios de la Región'.
Esto permitiría, explicó, avanzar hacia una segunda etapa de diagnóstico, y a una tercera etapa propositiva en relación al diagnóstico y al levantamiento de información previamente realizado.
Así, el ministerio podrá realizar diagnósticos integrados de lo que ocurre en la Región, lo que evitará retrasos en proyectos debido al desconocimiento de algunas condiciones. Por ejemplo, una intervención de una calle que debe ser paralizada porque ciertas redes de agua potable, o colectores de aguas lluvias, deben ser reparados o modificados, o porque no se sabía el carácter de los terrenos susceptibles de expropiación; datos que no se sabían con antelación. De manera que el Observatorio Ciudadano ayudará a adelantarse a tales eventos.
En definitiva, manifestó el titular local de vivienda, 'a lo que apunta el observatorio es a constituirse en una importante herramienta de planificación de la Región del Bío Bío, en concomitancia de universidades, Gobierno Regional y empresa privada. Lo que queremos es tener una gran concentración de información para avanzar en soluciones cuantitativas y cualitativas de forma simultánea'.
Respecto al catastro, el objetivo además de conocer la realidad de los sistemas de aguas lluvias en la zona, es avanzar, hacia lo que Arévalo llama, el concepto de gestión de drenaje de aguas lluvias. Es decir, 'no sólo reposición de una cámara o sumidero, sino también de cómo somos capaces de esta información poderla enlazar con otros datos', manifestó Arévalo.
El estudio pretende contar con datos totalmente certeros en marzo de 2015, para traducirse en proyectos a partir de 2016. Esto porque los recursos para ellos se pedirán, según los procesos presupuestarios del servicio público, en mayo del próximo año para ser utilizados en el año siguiente.
Partió como tal el 14 de agosto de 2013, costó cerca de $500 millones de pesos, y es ejecutado por Ingelar SPA con un plazo de 580 días. Dentro de los datos que ya ha arrojado, está un conteo de 360 kilómetros de colector, además de 12.665 unidades de sumideros y 8.836 de cámaras.
'En marzo podremos contar con el resultado, contar cómo esta experiencia está concatenada con la concreción del observatorio urbano', explicó el seremi, indicando además que es un trabajo que cuenta con el apoyo de los 12 municipios involucrados, la Dirección de Obras Hidráulicas del Ministerio de Obras Públicas y el Servicio de Vivienda y Urbanización.
Pero, no sólo se trata de números. El objetivo, y según experiencias internacionales que así lo indican, es además de velar por la evacuación de aguas lluvias, avanzar hacia la reutilización de estos recursos y la infiltración de los mismos, de modo de alimentar las napas subterráneas, numerosas en la Región. Esto, en relación a la situación climática del Bío Bío: una región con menos lluvias en el tiempo, aunque con precipitaciones intensas en periodos muy cortos.
'Es un cambio de paradigma de cómo son tratadas las aguas', concluyó Arévalo.
millones de pesos