El secretismo 'off the record'
No han pasado más de 15 días, desde que la prensa chilena esbozó las más duras críticas sobre Jorge Sampaoli y su papel en Brasil 2014. Sus principales detractores lo acusaron de ocultar actos de indisciplina, infiltrar a jugadores lesionados, menospreciar a los medios locales y hacer campaña en el extranjero para cambiar rápidamente de aires.
Sin embargo, bastaron dos conversaciones del entrenador argentino 'off the record' (que en realidad solo fueron meros diálogos sin micrófonos) con un grupo de periodistas elegidos por la Anfp para revertir tal situación. Además, desde Quilín se ratificó que su proceso continuará de cara a Rusia 2018.
Los resultados de la maniobra comunicacional del ente rector del fútbol chileno fueron más que positivos: entendieron que era necesario hacer gestos más hacia el periodismo deportivo que al grueso de los hinchas, sepultaron el rumor de que 'Sampaoli hace lo que quiere', e incluso dejaron la sensación de que célebres directores técnicos 'se ofrecieron' para dirigir a la Roja.
Ahora la gran pregunta: ¿es pertinente reunirse 'casi a escondidas' y seleccionando con pinzas a los invitados? Tras la noticia, aparecieron una serie de asesores comunicacionales y expertos en agencias de comunicación estratégica para oponerse rotundamente. Según ellos, la estrategia correcta debió centrarse en la transparencia, en una conferencia pública y sin limitaciones de acceso a ningún medio.
Es curioso que algunos de estos profesionales son los mismos que enseñan a sus clientes el secretismo. Incluso algunas consultoras presumen en sus sitios Web que 'la clave de éxito, de cara a un media training, es el silencio'. ¿Se entiende, entonces, por qué el representante más exitoso del fútbol chileno pide a sus jugadores que no hablen con la prensa?
Hace algún tiempo, un alto directivo del Real Madrid le preguntó a Florentino Pérez por qué ofrecía tan pocas entrevistas. El presidente merengue le confesó que, cada día, responde más de 50 llamados de periodistas. No será un 'garganta profunda', pero bien sabe de entregar datos a cambio del respeto al secreto de la fuente.
Por más incorrectas y poco transparentes que puedan calificarse, este tipo de prácticas comunicacionales no son exclusivas en el periodismo deportivo, también son frecuentes en áreas como política, y economía & negocios. De hecho, muchas personalidades públicas viven bajo la siguiente lógica: todo lo que se cuenta 'en off', luego se desmiente (o se condena) 'en on'.