En recuerdo de Mario Hammersley
Ha fallecido un antiguo ciudadano penquista, participante en numerosas actividades realizadas, especialmente décadas atrás, en esta ciudad. Conocí a Mario Hammersley allá por los años 50. Interesado especialmente en actividades deportivas, como el esquí y el montañismo, compartí con él varias actividades. Así, conocí la nieve en un viaje a un refugio de montaña, organizado por Mario, como muchos otros, cerca de lo que suele llamarse Shangri la, donde un serio temporal nos mantuvo aislados y asustados por 48 horas.
Yo solía visitar su residencia para escuchar música, en esos diminutos discos 45. Escuchábamos algunas sinfonías y canciones de óperas, como aquellas de Mario Lanza. También salíamos de campamento. Recuerdo un viaje al Pingueral antiguo, maravilloso lugar apacible, ampliamente forestado, con el silencio sólo roto por el graznar de algunas aves y buen sol. En uno de esos paseos, Mario sufrió insolación lo que nos obligó a regresar de inmediato en el viejo tren de la costa, con túneles y todo.
Mario también participó por años en actividades y festividades de los estudiantes de la Universidad de Concepción y de la ciudad. Especialmente importantes fueron aquellos carnavales anuales, con multitudes de personas disfrazadas y con las famosas 'Óperas Bufas' que deleitaron por años a Concepción en el majestuoso Teatro de la UdeC. Era la época del 'Coke' Rivera, de Nibaldo Mosciatti (padre), de Andrés Rojas Murphy y Tennyson Ferrada, este último, compañero de curso en Química y Farmacia, todos importantes personajes especialmente relacionados con el arte y la radio, ya desaparecidos, que le dieron vida a esta ciudad.
Penquistas antiguos pueden recordar, tal vez, la famosa 'resurrección del muertito' durante un funeral de domingo, al pasar el cortejo por O'Higgins frente a la Plaza de la Independencia. Allí, sorpresivamente, se detuvo la carroza tirada por caballos, a causa de ruidos atrás. Abierto el ataúd, se levantó el presunto difunto (Álvaro Zemelman, mi querido y recordado primo) sentado, con el rostro con impactante verde maquillaje, explicando que postergaba su funeral para asistir al Carnaval a iniciarse esa semana. Ante el susto lógico de los presentes, apareció corriendo un supuesto 'médico', con delantal blanco y estetoscopio en mano, para comprobar el extraordinario suceso. Este 'médico' era, precisamente, Mario Hammersley (compadre de Álvaro).
Años después, Mario logró su propósito de instalar establecimientos ópticos, muy conocidos en Concepción y formar una conocida y respetable familia que hoy sufre su pérdida. Hasta algunos años, practicó deportes, logrando éxito especialmente en competencias de caminata rápida.
Muchas otras actividades y acontecimientos podría recordar, en las que participó Mario Hammersley. El propósito de estas líneas es destacar, junto a quienes conocieron a este amigo, al penquista siempre activo en importantes actividades en nuestra querida ciudad. Me permito definir a ese Mario que conocí, como un soñador con los pies en la Tierra. ¡Gracias Mario!