Gaza y la comunidad internacional
Los lamentables eventos que acontecen en Gaza deben ser un llamado de atención a toda la comunidad internacional. Desde que terminase la Segunda Guerra Mundial, el sistema internacional ha generado una serie de acciones que buscan velar por la paz y la seguridad internacionales a partir, entre otros aspectos, de una necesidad de respetar los derechos humanos y al derecho internacional.
Sin embargo, los Estados -en su rol de unidades egoístas que buscan proyectar y aumentar su poder en el tiempo- suelen realizar acciones que van en contra de los postulados que se promovieron desde el seno de ONU en 1945.
En atención a esta característica, y en función a lo que históricamente ha ocurrido en Palestina tras 1967, puedo señalar que Israel es un claro ejemplo de un Estado que viola sistemáticamente el derecho internacional y los DD.HH. Lo anterior, en virtud de que la resolución 181 (II) -que dictó la Asamblea General de Naciones Unidas y por la que se creó el Estado de Israel- nunca satisfizo la ambición del movimiento sionista. Esto provocó que el sionismo instrumentalizara al judaísmo a fin de tener un elemento identitario que permitiese homogenizar el territorio y así borrar de la zona al colectivo palestino que habitaba el territorio antes de la partición y que se había opuesto desde un inicio, tanto discursiva como militarmente, a la división impuesta por Naciones Unidas.
En consecuencia, y a partir del objetivo de judeizar los territorios bíblicos de Israel, los distintos gobiernos judíos han violado el derecho internacional humanitario y los derechos humanos, no respetando resoluciones de la Asamblea General ni del Consejo de Seguridad que llaman a garantizar la paz, a no atacar zonas civiles, a eliminar los asentamientos y a devolver los Territorios Ocupados, entre muchas otras exigencias, actitudes que han motivado la irrupción constante de espirales de violencia por ambos frentes.
La comunidad internacional debe dejar la actitud permisiva que ha tenido hasta la fecha y debe enfocar sus esfuerzos en generar las condiciones para que Israel, en su rol de sujeto pleno de derecho internacional, cumpla con sus obligaciones erga omnes y ius cogens relativas a la protección de los derechos humanos, y, para que Palestina pueda tener un reconocimiento pleno que permita realizar exigencias relacionadas con la Paz y la seguridad internacional en el marco de las Responsabilidad Internacional de los Estados.