En invierno igual hay que ejercitarse
Los días grises, el frío y la lluvia son la tónica durante el invierno, provocando así, más letargo y menos ganas de realizar actividades. Y es que, para muchos, el panorama ideal para una tarde invernal es estar acostado y tomarse una taza de alguna infusión caliente para compensar las bajas temperaturas.
Sin embargo, Víctor Donoso, subdirector de la Escuela de Deporte de Aiep, aclara que durante esta temporada, mantenerse activo físicamente es igual de necesario que en el resto del año.
La primera razón, es que un estilo de vida físicamente activo es sinónimo de bienestar, ya que además de aliviar los niveles de estrés, permite prevenir estados depresivos y asténicos -debilidad- que son propios del frío. 'Fortalece los músculos, mejora las defensas y el funcionamiento del corazón y del todo el organismo', puntualiza.
Además, la actividad física otorga calor natural, ya que permite mantener cierta temperatura en el cuerpo: 'mientras se esté activo, no se sentirá frío', aclara.
COMPENSAR
Es normal que durante el invierno se incremente el consumo de calorías, sin embargo la temporada llegará a su fin, dándole paso al sol, las altas temperaturas y la ropa ligera, por lo que se querrá lucir esbelto y saludable.
Por lo mismo, el experto dice que comenzar a preocuparse desde ahora, incidirá en que cuando se acerque el verano no haya que realizar grandes esfuerzos para estar en forma y saludable. Así, el ejercicio físico durante el invierno ayudará a compensar aquellas calorías extras que podrían aumentar los índices de grasa corporal, lo que se exacerba si se disminuye la actividad física.
Algo importante a tener en cuenta, es que durante esta época se requiere la misma cantidad de agua que en verano, por lo que el cuerpo necesita hidratarse aunque no se sienta sed.
EVITAR ENFRIAMIENTOS
Si bien existen diversas alternativas para realizar actividades físicas indoor, ya sea en el hogar o en algún gimnasio; quienes opten por ejercitarse al aire libre no deben olvidar abrigarse adecuadamente, protegiendo, principalmente, cabeza, manos y pies.
El profesional explica que se le debe dar a los músculos un tiempo extra para entrar en calor. Además, recomienda desabrigarse a medida que la temperatura corporal se eleve, porque así se evita la sudoración excesiva y la humedad en la ropa.
Por último, al finalizar la actividad hay que abrigarse nuevamente para prevenir los enfriamientos y cambiarse de ropa lo antes posible.