Diversos factores influyen en el mal rendimiento
Durante estos días la mayoría de los estudiantes inicia su período de vacaciones de invierno, siendo para muchos un momento de descanso y satisfacción por los logros académicos. Sin embargo, para otros este tiempo puede no tener estos mismos significados. Existen jóvenes y adolescentes que no consiguen buenos resultados académicos y es necesario revisar algunas de las causas para promover mejoras de cara al segundo semestre.
Las investigaciones sociales y psicológicas convergen al plantear que el fracaso académico es un fenómeno multicausal, es decir, influyen factores personales, familiares y sociales. Al analizar los personales, destacan por una parte el manejo de la ansiedad y las expectativas de éxito y, por otro, los hábitos de aprendizaje, o sea, la forma de planificación y organización efectiva del tiempo de estudio, entre otras. En muchos casos la explicación de un mal rendimiento radica en que el alumno no sabe aprender como tampoco estudiar.
En cuanto a los factores familiares, destacan -entre muchos- las variables de nivel socioeconómico, el nivel de conflicto y la capacidad de adaptación a los cambios del ciclo evolutivo de sus componentes. Dentro de los factores sociales, sin duda que la desigualdad y la falta de calidad de algunas instituciones educativas agravan la situación de un joven aprendiz.
Entonces, un estudiante con bajo rendimiento académico requiere de especial cuidado e interés al momento de diagnosticar el origen de sus dificultades. Por otra parte, se sabe que quienes logran mejores resultados académicos poseen diferencias significativas, por ejemplo, mejores hábitos de estudio, mejores hábitos de conducta académica, mayor interés y satisfacción con el estudio, mayores niveles de autoestima académica y un mayor nivel de motivación interna. Aquello está dado, entre otras cosas, por una buena elección vocacional, especialmente si ésta ha estado asociada a una consciencia para reconocer y valorar tanto talentos como aptitudes.
Aquellos con motivaciones más externas, por ejemplo, expectativas de renta como un valor en sí mismo, logro de estatus social, es decir, la búsqueda exclusiva de ideales promovidos por la cultura del individualismo y del hiperconsumo, tienden a tener baja persistencia y mayor probabilidad de fracaso.
La propuesta de manejo considera la relación al interior del aula, pues se sabe que la medicina está en las relaciones interpersonales. Influye el interés genuino por el bienestar del otro así como darnos el tiempo para reconocer al otro con sus necesidades y dolores, como también de sentarnos juntos a pensar cómo avanzar. Todo aquello puede brindar una mejor oportunidad para fortalecer la identidad y colaborar en el crecimiento de sujetos con mejores posibilidades de desarrollo de sus talentos.