La Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción ha dado a conocer que entre 2012 y 2013 consiguió reducir los accidentes laborales de las empresas asociadas en un 13,7%, desde una tasa de accidentabilidad de 4,96 a 4,28, lo que significó 12.629 accidentes menos.

La totalidad de los sectores -con excepción de la minería que mostró un leve aumento de tasa, de 1,4 a 1,48- exhibió mejoras en sus niveles de accidentabilidad laboral. De acuerdo con las metas que se ha propuesto el organismo, en 2014 la expectativa es reducir la siniestralidad en un 6,8%, llegando a una tasa de 3,99, lo que se traducirá en 5.779 accidentes del trabajo menos. En 2016, se podría reducir la accidentabilidad y mortalidad del trabajo a una tasa de 3,5.

Los datos igualmente muestran que esta tasa ha caído sistemáticamente en los últimos años, pero en forma menos pronunciada en los períodos de crisis económica.

Chile tiene, en general, un buen sistema de protección, gracias a la ley de accidentes laborales y enfermedades profesionales, en la cual tienen destacada participación las empresas mutuales. No obstante, es importante que siempre haya una fiscalización adecuada, cuestión que no es menor, sobre todo en actividades que no son de fácil control, como es la pesca o las faenas forestales que se realizan en lugares retirados.

La seguridad laboral es un activo que debe cumplirse siempre porque forma parte de la competitividad de la empresa y del país y porque, finalmente, es la persona humana el objeto del desarrollo económico.

Esto no es sólo un problema de las empresas; los mismos trabajadores deben exigir adecuados niveles de seguridad y aplicar las normas de prevención. En ocasiones, ellos mismos prefieren enfrentar un mayor riesgo.

Tradicionalmente ha sido en los períodos de crisis económica y de mayor desempleo donde se han tenido que acentuar los cuidados, porque es allí donde tanto los empleadores como trabajadores están dispuestos a tolerar niveles de accidentabilidad que pueden sobrepasar los mínimos aceptables. No obstante, en años normales, las tasas de siniestros laborales muestran descensos sostenidos.

No, no es que los buenos estén a favor del aborto así no más, porque el aborto es siempre 'algo' terrible, por lo que ojalá nadie tuviera que pasar. Pero los buenos son tan comprensivos que no impondrían su opinión a nadie, no juzgarían al que actuara distinto y entienden que se trata de una decisión dura, personal.

Esto no es sólo un problema de las empresas; los mismos

En estos días ha ocurrido algo curioso: los