Las obras de Juan Pablo Bascur (57) comunican. Parecieran conectarse con el espectador, a partir de lo que el teórico italiano Umberto Eco define como 'Obra abierta'. Las creaciones del penquista cometan y expresan según la mirada y recepción del espectador: el que se pone frente al lienzo. En este caso, los cuatro que se exponen en la sala de la Ucsc son todos de gran formato (3.67 por 2.45 metros). Dan cuerpo a la muestra 'Emociones finales'.

Como dice el propio artista se trata de 'interpretaciones' de obras que produjeron un quiebre en la técnica y la pintura. Ello en el andar de la historia -después de Cristo- y que pueden conformar una exposición.

Hasta el 4 de julio van a estar para disfrute del público las reinstalaciones de Bascur para 'Almuerzo en la hierba' (Edouard Manet, 1863), 'La balsa de las medusa' (Jean Géricault, 1819), 'La primavera' (Sandro Botticelli, 1481) y 'El tres de mayo' (Francisco de Goya, 1808).

Esta reproducciones integran la última etapa del proyecto 'Caminos de la emoción', complementada actualmente con las 14 piezas que se exponen en la sala Federico Ramírez del municipio penquista ('Emociones geométricas topográficas', hasta fin de mes).

UNA MIRADA AL ARTE

Ambas alternativas integran un proyecto de investigación del artista y docente de la UdeC.

'El fundamento es exponer y llegar a los colegios', comenta, quien anteriormente estuvo en el Instituto Chileno Norteamericano (2013, primera parte) y en Linares (segunda entrega entre noviembre y marzo de este año).

'Se pensó en una gran muestra, pero en Concepción no se pudo, y se fue dando de este modo', indicó.

- Son reinstalaciones del pasado como fuente del futuro. Acá uno de los objetivos es generar un incentivo a la lectura, como también encontrase con la historia del arte. Esto no fue realizar una reproducción exacta de las obras maestras elegidas, porque para ello habría que ser Botticelli, Géricault, Goya o Manet.

En ese sentido, lo que quiso Bascur fue llevar al blanco de la tela aquello fundamental. 'Los elementos necesarios, para que el observador vea recreada la obra, las emociones de los rostros de los protagonistas y despertarlas en nuestro corazón como si estuviésemos frente al original', se lee en el catálogo.

- Es toda la civilización tocada por artistas que representaron pinturas que cambiaron el curso de la historia, con hechos fuertísimos (el representado por Goya).

Bascur confesó que estudiar cada pintura le deparó tres años de lecturas sobre el pintor y tema. 'Cada una de ellas tiene un escenario único, hay muchos símbolos, las manos, los gestos', apuntó.

Para no alejarse de lo que está en el cuadro oficial, sostuvo, debió geometralizar todo. Este trabajo lo desarrolló en la segunda etapa previo a estos montajes.

A la fecha ambas exposiciones han recibido una muy buena acogida por parte del público. 'Sorprendente', ilustra el artista y arquitecto sobre la apuesta que, literalmente, trae creaciones imperdibles del arte a la ciudad.

- La filmación como producto de estos tres años de trabajo, para mostrarlo al público.

- Básicamente, porque son las de grandes formatos.

- Sobra capacidad.

Hasta el 4 de julio va a

Estas obras son reinstalaciones del pasado como fuente del

A lo largo de sus cuatro temporadas una de las características de la serie 'Game of Thrones' ha sido generar la idea de que todos los grandes acontecimientos todavía están por suceder. Aquella ansiedad resultante incluso genera críticas a episodios con demasiado relleno o énfasis en historias secundarias; pero el guión está tan bien elaborado y la estructura narrativa es tan certera, que finalmente todo va cobrando sentido.

Antes del último episodio de la cuarta temporada, emitido la noche del domingo, cualquiera habría sostenido que era imposible cerrar todas las historias en poco más de una hora. No sólo se consiguió, sino que además se dio un punto de partida a otros protagonismos hasta ahora ocultos, como el caso de Bran Stark, el cual aportará más magia y poderes místicos a lo ya visto en la saga.

Otras historias que ahora iniciarán nuevos rumbos son la de Arya Stark y la de Jon Snow, con un repentino y significativo cambio de fuerzas de poder en el norte de los siete reinos. En ese mismo quiebre comprobamos que algunas situaciones antes pensadas como relleno, en realidad construían el contexto para justificar nuevos hitos en la trama general de la serie.

Pero si de borrón y cuenta nueva se trata, lo más esperado tenía que ver con el destino del enano Tyrion Lannister, hasta entonces condenado a muerte injustamente. Es el personaje más popular de la serie y el que más sufrió durante esta entrega; pero habrá que ver si mantendrá algo de aquel encanto.

Fue una temporada extraordinaria en materia de efectos especiales. Vimos a los dragones de Danaerys crecidos, a los esperados gigantes del otro lado del muro, y en el remate a unos esqueletos zombies derrotados por una especie de hada del bosque. Pero es en la mirada a contraluz de un Tyrion vencido por el mundo donde descubrimos la verdadera magia de 'Game of Thrones' al retratar magistralmente a la condición humana desde sus diferentes aristas. Las metas pueden ser nobles pero los medios maliciosos; el amor verdadero no es necesariamente eterno, hasta el protagonista más sabio sucumbe ante sus propias pasiones. Cada virtud, cada pecado capital están presentes sin necesidad de etiquetar a este sublime conjunto de personajes.