Estimular a los bebés mejoraría su sistema nervioso
El desarrollo de los cinco sentidos es primordial en los seres humanos. El tacto es el que está más repartido en el cuerpo, puesto que el organismo cuenta hasta con 10 millones de sensores táctiles que recogen información tanto del exterior como del interior. Por ello, el 'hacerse cariño' adquiere importancia en el desarrollo del sistema nervioso, sobre todo en la primera infancia.
Estas conclusiones provienen de un estudio encabezado por Francis McGlone, académico de la Universidad John Moores de Liverpool, Inglaterra.
La investigación, publicada en la revista especializada Neuron, destaca el cariño físico como el gesto más representativo del sentido del tacto. Este se transmite desde la piel hasta el cerebro por medio de nervios de conducción lenta.
Las fibras nerviosas tactiles (CTs), como se denominan a los nervios que responden a las caricias, tienen un umbral perceptivo muy bajo y los receptores que las activan se localizan en la piel con presencia de vello. Se trata de exactamente los mismos receptores que también conducen las sensaciones de dolor al cerebro.
McGlone resalta la importancia de estimular a los bebés a través de las caricias. 'Un fallo en el sistema de CT durante el neurodesarrollo puede impactar negativamente en el funcionamiento del cerebro social y el sentido de sí mismo, tal y como sucede con las personas con trastornos del espectro autista, quienes no procesan adecuadamente el tacto emocional', sostiene McGlone.
Para algunas personas con autismo, incluso ciertos tejidos en la ropa pueden causar episodios de angustia. Temple Grandin, académico de la Universidad Estatal de Colorado y experto en autismo, afirma que su falta de empatía en situaciones sociales puede ser en parte debido a la falta de 'confortabilidad en el tacto'.
LOS EFECTOS DEL CHAT
McGlone también señala que los déficits de una caricia amorosa durante la vida temprana puede tener efectos negativos sobre una serie de comportamientos y estados sicológicos en la vida adulta.
Los investigadores alertan que la falta de contacto es un fenómeno derivado de la expansión de las redes sociales en la última década, puesto que el chat promueve la comunicación sin tener interacción física alguna con el otro.
A nivel orgánico, al no viajar estas sensaciones táctiles al sistema límbico (encargado de gestionar las respuestas emocionales), el desarrollo del cerebro se resiente.
'En un mundo en el que el tacto queda relegado a un segundo plano con el aumento de las redes sociales que fomentan la comunicación sin contacto, y la disminución de caricias afectuosas en los bebés por parte de cuidadores y padres debido a la las presiones económicas de la vida moderna, es cada vez más importante reconocer cuán vital es una afectuosa caricia', sentencia McGlone.
Esta investigación, al igual que otras relacionadas con el sentido del tacto, constituye un aporte a la salud para la búsqueda de terapias para pacientes autistas y otras personas con trastornos sociales que no hayan recibido contacto físico 'cariñoso' durante la niñez.
A juicio de los expertos, también ayudaría a comprender cómo interactúan las neuronas relacionadas con el tacto y que transmiten sensaciones agradables. De este modo es posible descubrir tratamientos para aliviar el dolor.
Sobre todo en la primera infancia, 'hacerse cariño' adquiere importancia en el desarrollo del sistema
Los masajes infantiles son un método que estimulan el desarrollo de los bebés.
En un mundo en que