La hora de la verdad ha llegado para nuestra selección. Ya no hay margen para ensayar fórmulas de funcionamiento táctico, los partidos con Egipto e Irlanda del Norte cumplieron con dicho objetivo.
El técnico Sampaoli probó distintas alineaciones, sustituciones intrapartido y variantes posicionales en un sistema de juego que no ha evidenciado modificaciones sustanciales. Mantuvo la línea de tres en el fondo, cinco volantes y dos puntas.
Algo que quedó en la retina tras los dos partidos amistosos y que seguramente los seguidores de la Roja han observado, es que hay jugadores clave que harán el peso del equipo. Me refiero a Sánchez, Vargas, Vidal (actualmente en vilo su presencia a raíz de su lesión) y Díaz, otros serán un complemento importante como Bravo, Albornoz, Medel, Isla, Valdivia, Mena y Jara. Después están los relevos y por último, están los relevos de los relevos.
Así es el fútbol competitivo y los jugadores lo saben. Lo importante es el equipo, pero sabemos que serán tres partidos de alto impacto y en que no se puede dar ventaja.
La primera fase del mundial es un mini torneo muy exigente y demandante, los equipos trabajan con extrema frialdad y mentalidad calculadora, sobre todo los equipos que tradicionalmente están acostumbrados a rendir en las Copas del Mundo, los llamados cabezas de serie, eternos favoritos que todos conocemos y que siempre disputan instancias superiores.
Al analizar las dos líneas defensivas que jugaron en los amistosos se pudo apreciar que la primera cometió menos faltas, pero dejo más espacios, puntualmente los dos goles en contra. Después se afirmó y terminó cumpliendo. La segunda formación de línea de a tres, cometió más faltas, dejó menos espacios pero hay que considerar que el rival no mostró argumentos ofensivos importantes.
Medel, el único en las dos formaciones defensivas, se vio mejor con Jara y Albornoz que con Silva y Rojas. El mediocampo quedó en deuda en ambos partidos, salvo Díaz, que fue el más regular, y Vidal que con pocos minutos demostró su jerarquía. La ofensiva estuvo a la altura con Vargas y Sánchez, este último fue clave en la asistencia salvando la creación, mientras que Pinilla aportó un gol y el resto sólo mostró un juego intrascendente.
De esta manera, se inicia el reto más importante para esta selección, esperemos que la puesta en escena sea exitosa, que tengamos una defensa inteligente, que neutralice sin faltas; una zona de creación que controle el juego, tenga una rápida transición y asista con maestría, y una línea de ataque que sea eficaz, que convierta cada oportunidad creada y que cada balón aguantado se convierta en una falta a favor que permita aplicar estrategias a balón parado que propicien oportunidades de gol.
Que no nos pese la historia, no nos traicionen las emociones y que la mala suerte que muchos agoreros insinuaron tras el sorteo no nos invada con pensamientos pesimistas.
Mauricio González Vargas Acad. Facultad Ciencias Actividad Física