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Bullying homofóbico: un desafío de todos

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En diferentes espacios sociales, académicos y no académicos, se está conversando acerca de temáticas que tienen que ver con diversidad sexual, matrimonio igualitario, inclusión y también de los problemas derivados de la dificultad para aceptar las diferencias, lo que en ocasiones se manifiesta en lo que se ha denominado bullying homofóbico.

Este subtipo de bullying se refiere a agresiones verbales o físicas repetidas en el tiempo, hacia personas que tienen, o se piensa que tienen, una orientación sexual no heterosexual, el cual es intencionado y que supone un desequilibrio entre el poder real o percibido entre el agresor y la víctima. Estas agresiones, lamentablemente, pueden tener incluso consecuencias mortales ya sea por acción directa de la agresión o por su relación con acciones suicidas. Es así como en el último tiempo hemos sido espectadores, a través de los medios de comunicación, de muertes provocados por personas que han ejercido violencia basada en prejuicios, y del suicidio de jóvenes que tienen una orientación sexual no heterosexual.

Como se puede apreciar las consecuencias de vivir esta experiencia, particularmente en la edad escolar y adolescencia, suelen ser altamente perjudiciales tanto en el desempeño escolar y social como para la salud en general de nuestros jóvenes. En este periodo en que se enfrentan grandes cambios en los distintos ámbitos del desarrollo - físico, cognitivo, social, emocional- se requiere de un ambiente cálido y sostenedor que favorezca el desarrollo de los adolescentes. Ésta es una etapa del ciclo vital especialmente sensible a la aceptación y al soporte que brindan los otros, en el plano familiar, escolar, de los pares y de la sociedad en general. Si esto no se da, pueden aparecer síntomas que van desde cuadros depresivos y ansiosos hasta el suicidio consumado.

Diversas investigaciones han demostrado que el apoyo desde la familia, por sobretodo, tiene un gran impacto en el bienestar de un/a adolescente que sufre este tipo de bullying. También contar con personas significativas y espacios seguros en la escuela u otras instancias que brinden servicios a los jóvenes es un modo de protegerlos y brindarles las condiciones necesarias para que se desarrollen en plenitud, independiente de su orientación sexual u otras diferencias que puedan ser motivo de agresión o rechazo de parte de algunos grupos en particular.

La Unesco ha reconocido que el bullying homofóbico es un problema universal y éste debe ser un discurso emergente a nivel internacional para tomar acciones al respecto como, por ejemplo, incluir en manuales de convivencia escolar modos de regular y generar protocolos de actuación frente a este tipo de casos en las escuelas. Por otra parte, se plantea que se debiese educar considerando la valoración de las diversidades entre las personas, asumiendo que mientras más se conozca a un grupo o una persona, es menos probable hacerles daño.

Efectos regresivos y progresivos

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Con el objetivo de obtener recursos acordes con las necesidades elementales de una nación, que permitan garantizar educación y salud para todos sus ciudadanos, los países en vías de desarrollo necesitan recaudar impuestos progresivos (tasa impositiva que aumenta a medida que sube también la base imponible) y justos. Aunque en el papel el impuesto no aparezca como progresivo o regresivo, los impuestos pueden tener dichos efectos en la economía.

Hemos visto al Fondo Monetario Internacional y otras instituciones financieras fomentar impuestos con efectos regresivos como el IVA y extensos incentivos fiscales a las empresas, como condición para su apoyo financiero. Como resultado, se han promovido impuestos con los menores costos políticos que impacten en menor medida a las empresas, personas más recursos y con mayor facilidad de recaudación. Esto es un obstáculo en la lucha contra la desigualdad dado que las personas con menos ingresos consumen una parte de éstos mayor que quienes más poseen porque tienen ahorros. Por lo tanto, el IVA y otros impuestos al consumo resultan regresivos, afectando principalmente a las personas con menos ingresos.

Estas medidas no son las más adecuadas para países que se encuentran en vías de desarrollo y donde se intenta mejorar los niveles de desigualdad y suministrar acceso a elementos básicos como la educación y salud. Se requieren medidas tributarias progresivas y de largo plazo. La reforma tributaria que realiza nuestro país, a pesar de que presenta impuestos al consumo de bienes (bebidas alcohólicas y analcohólicas con azúcar) que tienen un efecto regresivo, pone énfasis en impuestos con efectos progresivos. Esto se logrará principalmente al subir gradualmente la tasa de impuesto a las empresas, del 20% actual a 25% en 2017, y otras medidas que impactan a las personas de mayores ingresos.

Gravar las rentas de capital tiene efectos progresivos, ya que ese impuesto afecta a un porcentaje de las rentas más 'ricas' de nuestro país. Lo anterior permite mejorar la desigualdad (nuestra tarea pendiente según la Ocde) y permite hacer frente a objetivos de largo plazo, como lo es la educación.

Proyecto de ley de teletrabajo

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El proyecto de ley de teletrabajo se encuentra en tramitación desde el 2006, sin ver avances sustanciales. Hace algunos años ya había medio millón de personas trabajando en Chile bajo esta modalidad, y la cifra seguirá aumentando gracias a la integración de sistemas y al desarrollo de las comunicaciones unificadas.

En el plano tecnológico se puede afirmar que las soluciones están disponibles y operativas, con la opción de conectarse a reuniones desde los más diversos dispositivos móviles, o incluso desde salas de telepresencia inmersiva.

El teletrabajo y el uso del video para comunicarse no sólo reducen los costos por viaje, también incrementan la eficiencia y la productividad en un 94%, el impacto de los debates un 88% y la toma de decisiones un 87%, lo que hace más expeditos los procesos y aminora los costos burocráticos de las organizaciones.

El video se está convirtiendo en parte importante de la vida cotidiana de las empresas, y el teletrabajo es una de las principales causas de su entrada. En el área de Recursos Humanos, el 98% de los ejecutivos de esta área cree que la videoconferencia elimina las barreras de la distancia y mejora la productividad entre equipos que se encuentran lejos.

La tecnología permite lograr una experiencia de colaboración de video sin precedentes, con una plataforma en la nube y con una reducción importante de administración de TI. La mayor escalabilidad y un fácil acceso a imagen HD multipunto han logrado que la decisión de muchas empresas sea más fácil de tomar.

La oportunidad para consolidar una plataforma de trabajo útil para organizaciones es real y palpable, más si consideramos la diversidad de climas y las grandes distancias que existen para desplazarse de forma latitudinal.

Reencuentro con mis papás

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Volvieron a mi entorno. Gratos, felices, cálidos.

Fue una tarde cercana. Él, franco, directo, sin eufemismos. Con su pelo algo tieso, aún entre cano. Cejas algo ásperas, ojos semicerrados, un poco asiáticos. Nariz larga, rostro con lunares, que heredó Soledad, su nieta, mi hija. Bigotes delgados, dientes pequeños. Terno a rayas, casi gardeliano como buen amante del tango. Corbata en tres colores, con apariencia de pintada.

Enrique, de origen humilde, forjado en el barrio Franklin, donde creció y laboró en la fábrica de calzado. Vecindad brava, popular, dura. Trabajador ausente de cansancio, abstemio a modo de ejemplo.

Rezaba todas las noches y no podía ser interrumpido. Tampoco cuando leía el diario. Me mira fijamente, con simpatía y autoridad, como en pretéritos días. Dirigió mi infancia con una curiosa mezcla de jerarquía y dulzura.

Lacónico y tímido, optaba por el segundo plano. Buen anfitrión dominical, celebraba su onomástico con la banda de la Fuerza Aérea bajo la escalera de su casa puentealtina.

Virginia, tierna, lacrimosa, histriónica. De clara sangre italiana. Alta, ojos verdes, hacendosa. De pronto amasaba pan, cocinaba con exquisitez y arreglaba su hogar con propiedad y elegancia. Cosía blusas que entregaba en locales árabes de calle Rosas.

Compraba una máquina Singer y antes de pagarla adquiría otra Alfa, con decisión, ante el nerviosismo de papá. Llegó a tener doce eléctricas, en un taller enclaustrado en el fondo de la propiedad.

Fuimos cuatro hermanos: yo, el mayor; Claudio, el siguiente; Patricia, la única mujer. Años después, Agustín, hoy próspero arquitecto. Todos muy unidos. La trinidad mayor fotografiados muy pequeños con ternos formales, de pantalón corto y prolijamente peinados. Luego, en la Primera Comunión, en una foto increíblemente pulcra y con una cruz que se elevaba en el fondo. Fue un reencuentro gentil, nostálgico y recreador.

Están juntos, en mi cercanía. Me observan él con vigor y ella con amabilidad. Como antaño.

Hoy desde un cuadro que nació de los pinceles del joven pintor puentealtino Jorge Peñailillo.