Ser precavido evitará accidentes a la hora de utilizar las estufas
No importa si el aparato es a leña, parafina, gas o eléctrico, tampoco si es antiguo o nuevo. Lo relevante es verificar que esté siempre en condiciones óptimas para su uso, alejándose de los riesgos.
La llegada del otoño, la baja en las temperaturas y las lluvias obligan a pensar en la calefacción del hogar. Sin embargo, y pese a la necesidad que impone el clima sureño, existe una baja conciencia respecto a los cuidados y precauciones que se deben tener antes de utilizar cualquier tipo de calefacción, los que también se deberían conocer antes de adquirir una estufa.
El jefe de las carreras del área Prevención de Riesgos de Santo Tomás Concepción, Alejandro Bianchi, explica que es en esta época del año cuando se debe revisar que todo esté en condiciones óptimas para su funcionamiento. "Es importante que este chequeo se realice antes del primer uso de la temporada y que quien esté a cargo sea personal especializado, idealmente del servicio técnico autorizado, de esta manera podemos descartar que en el transcurso del invierno, sufra desperfectos u ocasione daños", afirma.
Bianchi dice que hay recomendaciones generales y aplicables a calefacción eléctrica, de gas o de leña. Tal es el caso de la ventilación. "Los recintos deberían tener siempre algún grado de ventilación, ya que todas -excepto las eléctricas- consumen oxígeno mientras funcionan y ante una mala combustión, pueden liberar concentraciones peligrosas de monóxido de carbono".
Es esta razón por la que no es recomendable usar estufas de gas o kerosene (parafina) por más de dos horas seguidas, ya que "así se puede renovar el aire de la habitación", aclara el experto.
Además, no importa si la estufa es nueva o vieja, a leña, parafina, gas o eléctrica; sino que ser precavidos en su uso, evitará accidentes como quemaduras o, incluso, incendios.
ESTUFAS A LEÑA
Un tipo de estufas con las que hay que tener especial cuidado, destaca el profesional, son las de combustión lenta. "La calefacción con leña es la más usada en la zona sur del país, tanto por su poder calórico, como porque a la larga es más económica; sin embargo, los usuarios suelen despreocuparse de realizar las mantenciones adecuadas y por eso es tan frecuente el recalentamiento o la inflamación de chimeneas", aclara.
Un aspecto a considerar, es que este tipo de aparatos deben ser instalados por un técnico certificado y no tiene que ser de fabricación casera, pues la aislación del calor interior será determinante.
Para mantener las condiciones de seguridad durante la combustión, Bianchi aconseja sólo calefaccionar con leña seca y certificada, evitando, de esta manera, fuegos humeantes; tampoco hay que utilizar líquidos inflamables o combustibles para prender el fuego, como por ejemplo cera o gasolina. Tampoco hay que quemar plásticos o desechos, porque pueden expeler gases tóxicos y nocivos al ser inhalados.
El cañón es una parte primordial de las estufas a leñas. Éste debe ser limpiado, a lo menos, una vez al mes para quitar los restos de hollín adheridos, productos que se originan de la combustión de la leña y que resultan altamente inflamables.
GAS, KEROSENE
Y ELÉCTRICA
Aunque las estufas a leña son las que predominan en las ciudades de la zona sur de Chile, como Concepción, no son las únicas y hay quienes optan por otras.
En ese sentido, un equipo de la Escuela de Construcción y Obras Civiles de Aiep, explica que las a parafina sólo están indicadas para calefaccionar espacios interiores amplios que estén ventilados. Considerado que durante el funcionamiento de este aparato, se emite material particulado, vapor de agua y gases contaminantes. Por eso, sólo se deben tener encendidas 2 horas, renovando el aire cada una hora. Además, se deben encender en el exterior, esperando, por lo menos, veinte minutos para ingresarla al interior de la vivienda; lo mismo sucede en el caso de la operación de apagado, también se debe realizar en el exterior, pero hay que esperar como mínimo dos horas para poder guardar la estufa. "La operación de cargar combustible se debe realizar en el exterior de la habitación y siempre con la estufa apagada. Junto a estas indicaciones hay que considerar que una vez encendida no se puede dormir con ella, hay que ubicarla en un lugar donde no se pueda volcar, alejada de materiales combustibles y de los niños", enfatizan. "Si hay mucho olor a parafina, se debe a que la combustión no es completa por lo que se debería realizar una revisión interna y cambiar su mecha", agregan.
Por otra parte, si la estufa es a gas licuado, antes de utilizarla se debe revisar la conexión completa de ésta, es decir mangueras, flexibles y reguladores. En el caso de que el aparato tenga un par de años de uso, es aconsejable que se realice una mantención en un servicio técnico autorizado (de acuerdo a la marca).
La llama es un aspecto en el que se debe poner especial atención con este tipo de estufas: el color debe ser azul y sin chispas alrededor. "Al igual que la estufa de parafina, emite material particulado, vapor de agua y gases contaminantes por lo que se recomienda su uso en espacios amplios, con buena ventilación y su uso no debería exceder las dos horas", plantean.
Por último, también están las estufas eléctricas. Este tipo tiene la ventaja de que al calefaccionar un lugar no deja residuos de combustión. Sin embargo, hay ciertas medidas que tienen como objetivo cerciorarse que su uso será una operación segura. Primordial, entonces, es verificar la capacidad del circuito eléctrico, el estado de los cables y los enchufes; tomando la precaución de tenerla permanentemente vigilada, sin que esté al alcance de los niños ni que se ubique en lugares con humedad -como los baños- ni cerca de materiales combustibles.