Se esfuerzan por preparar a los niños hacia la educación regular. Otro grupo continúa al nivel laboral. Directora pide apoyo de la comunidad.
Mayor comprensión y apoyo de parte de la comunidad solicita la directora de la Escuela Diferencial E-1197 Chile España, Cecilia Figueroa.
El establecimiento municipal ubicado en la avenida Pedro de Valdivia 651, atiende a niños y jóvenes con capacidades diferentes. Tiene 110 alumnos y con sus 43 años de actividad fue el primer establecimiento de su especialidad en la zona. Varias de su profesoras, especialistas en educación diferencial, son egresadas de las primeras promociones de esa carrera, creada años después de la apertura de la escuela, y son reconocidas en el sector educacional por su capacidad.
PASAJES Y VENTAS
Cecilia Fonseca, también es profesora diferencial de la UdeC y su demanda tiene que ver con algunos problemas cotidianos, que podrían superarse con la buena voluntad de todos. Uno de esos problemas es que los alumnos tienen que viajar con un acompañante, muchas veces algunos de sus padres. En esos casos la normativa establece que el alumno paga escolar y tiene derecho a ser acompañado por un adulto. Algunos conductores lo tienen muy claro y hasta conocen a estos pasajeros, pero según las profesoras y apoderados, algunos les ponen dificultades y les exigen pagar pasaje completo a los acompañantes de esos niños o jóvenes. Es duro, porque son familias modestas y estos alumnos, por su condición, demandan un mayor gasto.
Las docentes explican que la muchos de esos niños y jóvenes, no reflejan en nada que son distintos o tienen capacidades diferentes, como lo señala el lenguaje moderno. Pero, son alumnos que en muchos casos no tienen manejo del lenguaje, o derechamente no se comunican. No podrían desplazarse solos.
Otra situación es la que ocurre con los productos de su panadería, que tienen resolución sanitaria. En el nivel laboral, con profesora y un técnico, los alumnos producen ricos panes y dulces, y necesitan venderlos, ya sea para recuperar materias primas e implementos, pero también para sentir que pueden trabajar, producir. Así que, la directora, ha pedido comprensión a instituciones, empresas, organismos públicos, del sector, que les asignen algún espacio para que en algún momento de la jornada ellos vayan a vender sus productos. Las veces que lo han hecho, han tenido una muy buena acogida. El llamado es también a la responsabilidad social del empresariado. Agradece los aportes del municipio a través del Daem, y a las instituciones que les colaboran, como el cercano Jumbo, o quienes les llevan un saco de harina para hacer el pan, o como el Club de Leones, que aportó con un gimnasio, ha implementado juegos, un espacio de césped, con parte de lo que salió del Estadio Municipal.
Este tipo de educación recibe una subvención más alta por alumno. Esto ha dado pie para la creación de varios establecimientos particulares subvencionados. En este caso la escuela municipal tiene tres niveles, preescolar, básico y laboral y su meta es preparar a sus alumnos para la educación regular.
SU DERECHO
En el nivel preescolar, Claudia Arellano, la profesora especialista atiende a 9 niños de entre 1 y 4 años, con diferentes diagnósticos médicos. Los niños asistentes, cuatro menores preciosos de entre un año dos meses y cuatro años miran curiosos a la profesora y su asistente, que les hablan con cariño. También trabaja con ellos, una alumna en práctica de Kinesiología de la U. del Desarrollo. Su horario es de 9 a 16 horas, tienen clases, siesta y recreos.
La docente explicó que en su nivel se estimulan todas las áreas de desarrollo de cada uno de los niños y niñas, la motricidad fina, el lenguaje. El objetivo es desarrollar las competencias, para que en cuánto pueda ese alumno pueda asistir a un colegio regular, de inclusión educativa. "Es su derecho", subraya Claudia Arellano.
En tanto, en uno de los cursos de nivel básico, la especialista Bernardita González, con 34 años de labor, tiene 11 alumnos de entre 13 y 15 años. Lo óptimo es preparar al alumno para que llegue a una escuela regular, lo que logra un bajo porcentaje. El resto sigue en el nivel laboral. Son niños con un déficit intelectual leve a moderado. Algunos con déficit del comportamiento. Uno había quebrado la puerta de la sala y la profesora tenía un moretón en su brazo. Bernardita señala que los menores llegan con su autoestima muy baja y una de sus tareas es regular aquello.
En el nivel laboral, los jóvenes son preparados para que puedan llegar a desempeñarse como ayudantes en una amasandería. Ellos tienen dos profesoras, un monitor y una asistente. En una amplia cocina preparan pan y dulces. Son responsables trabajan bien. La incorporación a la vida laboral depende de la comunidad.
Lisette Cantin, que representa menos de sus 18 años, se quedó un rato sola en clases, bajo la atenta mirada de su profesora. Estaba entusiasmada en armar un complicado puzzle en el que avanza de a poco. Lisette, luce como todas las jóvenes de su edad, pero no se comunica, no maneja lenguaje. Es autista. No falla a clases. Es hija única y vive en la Villa San Martín, en Talcahuano. Su madre, Victoria Muñoz, la lleva y va a buscarla todos los días. Viajan en los taxibuses de Villa Futuro, donde ya las conocen y donde hoy ya no tienen problemas, tras dialogar con la empresa. Su padre también va, si lo permite el trabajo. Dicen que su hija es inteligente, hace todo en casa. Pero no habla. Ellos son felices con los pequeños logros de Lisette.