Malas prácticas laborales
Una de las críticas que se ha hecho presente, luego de asumir el nuevo Gobierno, es lo que ha estado sucediendo en diversas reparticiones del sector público, respecto de las innumerables desvinculaciones de trabajadores que laboraban en él, situación indeseable que se ha convertido en un mal hábito, despidiendo funcionarios, sin importar que la labor que se desarrolla en este sector es vital para que el país logre alcanzar sus principales objetivos.
Es dable esperar que al asumir estas autoridades, los principales cargos y jefaturas de la estructura jerárquica del Estado, deban requerir personal de su confianza, dentro de sus cercanos colaboradores. Eso es imprescindible y entendible, pero lo que se reclama no es aquello, sino despedir y reemplazar personal que no tiene ese estatus. Se trata de muchos trabajadores que lisa y llanamente son desvinculados, para que dejen disponibles sus puestos, para ser reemplazados por personas de sus mismos partidos, sin tomar en cuenta si cumplen o no con el perfil y competencias del cargo.
Es probable que esta situación se produzca por razones de militancia política, congruente o en línea con la coalición que ha llegado al Gobierno y, tal vez, se trata de un ejercicio no ajeno a lo que sucede con frecuencia cuando ocurre un cambio de esta naturaleza, pero aquí se echan de menos aquellas declaraciones de autoridades que señalaban que no se aceptarán malas prácticas, ni la vuelta de operadores políticos que reclaman "el botín para sus partidarios" por haber hecho bien la "pega" y van por sus réditos correspondientes, llegando a concretarse de esta forma, en un verdadero "revanchismo laboral".
Por otra parte, no se encuentra explicación que justifique la decisión de desvincular a trabajadores por la simple causal de que sus servicios ya no son necesarios y sin más son reemplazados. No se considera el aporte y contribución hecha al Estado, siendo esta causal totalmente mal utilizada, puesto que permite que al día siguiente llegue otra persona "designada", ocupando el puesto del trabajador desvinculado. Si se va en procura de tener trabajadores que creen valor en el desempeño de sus cargos, bien calificados, es injusto que reciban, como premio, el "sobre azul" y por supuesto, sin ningún beneficio.
Una de las tareas pendientes más importantes para el país, señaladas por diversas instituciones, es la necesidad de modernizar la gestión del Estado, para beneficio de todas las personas y organizaciones que requieren de este sector. Pero por estas malas prácticas que vuelven a repetirse, da la impresión que no se aprende, porque se está tomando el indeseable camino equivocado de siempre.