Con la designación de una nueva gobernadora en Ñuble, luego de la renuncia obligada de la primera opción para administrar la provincia, Cristian Fernández, las aguas parecen estar más calmadas.
No obstante, pasados ya diez días desde su designación y reemplazo, junto con una seguidilla de críticas a las que la autoridad local no podía responder, las heridas y consecuencias fueron profundas.
De hecho, el "episodio gobernadores", que no sólo afectó a Ñuble sino también a Chiloé, Antofagasta y Santiago, generó críticas incluso al interior de la Nueva Mayoría, donde el senador pro radical, Alejandro Guillier, atribuyó a una tendencia centralista los errores cometidos en las designaciones, e incluso dijo que "si nos hubiesen escuchado habríamos evitado el problema".
Algo similar fue lo que planteó el senador PPD de Octava Cordillera, Felipe Harboe (ver entrevista).
El conflicto también afecta hoy al ministro del interior, Rodrigo Peñailillo, que producto de estos tropiezos sin pronta solución y otras acciones de su responsabilidad, arriesga una interpelación por parte de la Alianza. A nivel local, Alejandro Navarro también recibió coletazos, siendo su partido el que se quedó con la provincia de Ñuble.
Diez días que dejaron al descubierto la imposibilidad local de tomar decisiones, la invisibilidad de las regiones y de sus actores y la tardía reacción del gobierno frente a una lupa ciudadana cada vez más grande, rápida y certera. Al menos así lo manifestaron los expertos consultados que observaron el largo proceso.
Edgardo Condeza Vaccaro, presidente del Movimiento por la Consulta y los Derechos Ciudadanos, manifestó que la situación vivida con la designación del gobernador de Ñuble evidenció algo que desde su visión, ya es costumbre: "No existe una preocupación por la gente de regiones y provincias. Nosotros somos como invisibles, como segunda categoría, cuando representamos más del 60% de la población en Chile. Entonces, esto es algo muy antidemocrático".
Un centralismo que preocupa y que, en la mirada del analista del centro de Estudios Corbiobío, Francisco Gatica, tiene también una base en los partidos políticos. "Éstos son centralistas y muy débiles. No hay cultura de partido político", dijo el experto, situación que sorprende, siendo que estos organismos son la base de un sistema de gobierno.
La situación también sorprendió al presidente de Ñuble Región, Hérex Fuentes, pues "al final, las provincias, las regiones no tenemos mucho que decir frente al tema", lo que trajo consecuencias para su provincia, principalmente por no escuchar. "Yo manifesté que (Fernández) no era la carta más indicada que nosotros queríamos en Ñuble. Va a ser muy cuestionado", recordó Fuentes respecto a la designación de Cristian Fernández.
Teniendo estos aspectos en cuenta, el rol del intendente se ve limitado. Bien lo dice Gatica: "No sólo se tienen que tomar liderazgos locales, sino que se tiene que responder a una lógica de gobierno, y esa conjunción es difícil lograr. No basta tener un líder local, sino que tiene que responder a los grados de libertad que defina un partido o un gobierno".
En pocas palabras, lo dijo Fuentes, el intendente hoy está entre la espada y la pared. "Él, creo que se sintió atado de manos y no pudo tener una resolución, porque tenía que esperar que Mahmud Aleuy tomara una decisión y eso me parece incorrecto".
Condeza se sumó a este análisis: "Actualmente las autoridades están parcialmente atadas de manos, porque existen leyes que los restringen, este presidencialismo que los nombra, entonces, ellos son personas de confianza de la presidencia. Pero, ellos no están atados desde el punto de vista intelectual, de su acción. Pueden acatar las leyes, pero trabajar para que cambien, porque no son justas. Esa parte falta".
El caso de los gobernadores, "nos hace entender que estamos todos propensos a ser evaluados en el instante mismo", dijo Fuentes.
En resumen, comunicaciones rápidas y una ciudadanía exigente. Un elemento que no estaba considerado por la Nueva Mayoría y que tal, como dijo Condeza, generó tres elementos: desprolijidad, poca preocupación e improvisación.
"Hoy la sociedad es bastante más exigente de lo que era hace cuatro años. La lupa es mayor, la exigencia viene de la sociedad, medios y oposición. Las lupas han venido de la misma Nueva Mayoría", dijo el analista Francisco Gatica al respecto.
Pero, más allá de todo análisis, cerró el experto, "se generó un aprendizaje, hay que escuchar a los partidos políticos en general, escuchar a las regiones y ser rápido en la toma de decisiones. Y uno debe pedir que no se vuelva a repetir el error".