Botiquín del viajero
Con la llegada de febrero son más los chilenos que salen de vacaciones, especialmente quienes emprenderán viajes fuera del país.
Durante este proceso es común pensar en los medicamentos que deberíamos llevar. Así surge el botiquín del viajero como una de las necesidades relacionadas a los cambios en la alimentación, clima, altitud, condiciones higiénicas y medioambientales asociadas al lugar que visitaremos.
Un botiquín bien conformado puede contribuir al bienestar durante el viaje y para su elaboración debemos tomar en cuenta los problemas que con mayor frecuencia podrían presentarse en las zonas incluidas en el recorrido a realizar, sumado a los requerimientos propios da cada persona relacionados con las patologías que padezca, para lo cual deberá incluir los medicamentos habituales en las cantidades requeridas para cubrir el tiempo de viaje, dado que en algunos países se podría dificultar su adquisición.
Los viajeros presentan mayores probabilidades de padecer diarreas, para el tratamiento de las cuales se sugiere mantener la hidratación corporal mediante la administración de sales rehidratantes y sólo en casos de emergencia se aconseja la utilización de Loperamida. Bajo estas condiciones, el cuadro diarreico debe limitarse a un período no superior a cinco días.
Además se recomienda agregar antihistamínicos como la Loratadina para el tratamiento de posibles cuadros alérgicos y antiespasmódicos que podrían ser utilizados en casos de cólicos intestinales.
Muchas enfermedades graves relacionadas con los viajes tales como la fiebre amarilla, el dengue y la malaria, entre otras, son transmitidas por la picadura de insectos, por lo que el experto sugiere la búsqueda de información previa, e incluir un repelente en los casos pertinentes.
No deben faltar en este botiquín los protectores solares y labiales, alguna crema para el tratamiento de las quemaduras, así como los insumos utilizados para la cura de heridas (gasa estéril, povidona yodada, parches y cintas adhesivas).