Estudio reveló que el promedio de dietas que ellas hacen de 16, lo que representa el doble de las ocho parejas que se estima que ellas tendrían a lo largo de su vida.
Una operación de más de 18 millones de pesos es lo que necesita Tomás, de 23 semanas de gestación, dadas sus complicaciones. Una cifra que su familia no podría costear si no fuera por una posibilidad que mantiene viva la esperanza.
Difícil ha sido el camino que han tenido que recorrer Tomás para llegar al mundo. Sin embargo, sus padres no bajan los brazos y siguen confiados en que su hijo tendrá una oportunidad.
Ángela Troncoso, asistente social de 31 años, tiene casi 23 semanas de embarazo y el tiempo en contra. En un control médico, la ecografía mostró que había algunos problemas.
"Nos sorprendió mucho que nos dijeran eso, fue como un golpe para nosotros porque en todas las visitas al doctor nos decían que estaba todo bien. No estábamos preparados para escuchar que había algo raro", recuerda con angustia.
El temor por la salud de su bebé, sin embargo, recorrió rápidamente al resto de su familia, especialmente a su marido Ricardo Oliva, topógrafo de 32 años.
"Fue hace unas tres semanas cuando detectaron que algo no andaba bien, pero con el monitor básico de la ecografía no se podía determinar bien qué pasada. El médico nos mandó a hacer una doppler. Todo hasta ese momento iba tan que lo que nos dijeron nos desarmó: nuestro hijo venía con espina bífida meningocele", sostuvo Troncoso.
UNA OPORTUNIDAD
La espina bífida, malformación que sufre Tomás, es un defecto que se produce en la comuna vertebral durante el primer mes de gestación, por lo que la médula espinal no se desarrolla con normalidad, produciéndose distintos grados de lesión en ella.
"El médico nos explicó que había un tratamiento que se podía hacer mientras el bebé aún está en gestación, pero que esto se realiza en la Clínica Las Condes, donde hace poco fue una pareja de Hualqui para la misma intervención, así que nos explicó en qué consistía la operación", detalló.
Básicamente se trata de una intervención quirúrgica en etapa fetal, que en dicho recinto de salud supera los 18 millones de pesos.
"Ya antes nos habían mencionado que el tratamiento era costoso, pero esa cantidad era demasiado alta y Fonasa no cubre la operación sino hasta después de que nace. Nosotros no sabíamos qué hacer porque no podíamos pagarlo", agregó.
Con distintas actividades (ver recuadro) el matrimonio, apoyado por sus familiares y cercanos, comenzaron a reunir fondos para la operación, aunque, según aseveró Ángela, "nada de lo que hacíamos era suficiente".
La senadora electa Jaqueline van Rysselberghe jugó un papel importante en esta etapa, interviniendo mediante el contacto con el Servicio de Salud de Rancagua, donde ya se había efectuado el procedimiento que Tomás necesita.
"Estamos a un paso de que nos aprueben cobertura Auge para la operación. Es algo que se pidió de manera excepcional para cubrir una parte. El Servicio de Salud de Concepción se puso en contacto con el de O'Higgins y nos dijeron que había bastantes posibilidades de que se pudiera hacer en el hospital de allá. Falta la confirmación del neurocirujano, una vez que la tengamos me tendría que hospitalizar el jueves para operar el viernes o sábado", contó.
CONFIANZA
"En regla, Fonasa no cubre esta cirugía, pero nos están ayudando y no podemos dejar de estar agradecidos de todo el apoyo que hemos recibido", plantea Ángela Troncoso.
Pero a pesar de la confianza que proyectan sus palabras, el temor por el futuro de Tomás está instalado en la familia.
"A todos nos sorprendió este tema, porque no sabíamos mucho al respecto. Es mi primer embarazo, así que todo es tan nuevo para mí. Desde la primera ecografía que todo iba bien, hasta que apareció esto. Ahí ya fue un golpe: que nos digan que todo está bien, pero que después cambie radicalmente. Este tema de la espina bífida es algo que no conocía", lamentó la joven madre.
Añadió que "este problema tendría relación, según dijo el médico, por una deficiencia del ácido fólico de la madre. Lo malo es que a pesar de que la operación debería ayudar a mi hijo, tampoco nos aseguran cien por ciento que se recuperar de forma total, porque podría tener secuelas para caminar, controlar esfínteres o la lesión podría desarrollar una hidrocefalia".
El tiempo es clave, ya que Ángela tiene 23 semanas de embarazo y la intervención quirúrgica debe realizarse antes de las 24 semanas.
"Antes de que supiéramos lo de la excepción que Fonasa podía hacer con nosotros, organizamos varias actividades para reunir fondos, por si la clínica nos pedía un respaldo. Ahora, según sabemos, podrían tomar nuestro caso dentro del Plan Auge, pero de todas maneras vamos a necesitar recursos porque el bebé va a tener que nacer prematuro, por lo que se va a necesitar incubadora, entre otros implementos que deberemos pagar", manifestó.
La preocupación y la ansiedad dominan el estado emocional de la asistente social, aunque asegura que su confianza es más fuerte que las inseguridades.
Enfatizó que "la operación tiene que ser dentro de los plazos, porque se supone que la lesión que tiene Tomás no avanza en el útero. Sé que esto es complicado y que asusta, pero creo que todo va a salir bien. No vamos a bajar los brazos, vamos a seguir luchando por él".