Campaña lucha contra el piropo, considerándolo un tipo de violencia
Un grupo de jóvenes lideran una iniciativa, actualmente con más de 6 mil adherentes en Facebook, que busca terminar con estas cotidianas prácticas.
Una campaña tiene como objetivo terminar con los piropos, planteándolos, junto con el acoso callejero, como un tipo de violencia actualmente aceptado por la sociedad.
Mientras a algunas mujeres esta tipo de palabras les puede ayudar a subir la autoestima, y otras lo encuentran tierno o amoroso, para un grupo de cuatro amigas se convirtió en un asunto que debía ser abordado de manera energética.
Fue así como decidieron formar parte del Observatorio Contra el Acoso Callejero, una iniciativa en contra de lo que, según sostienen, también se consideraría como un tipo de violencia contra la mujer.
"Nos dimos cuenta de que la violencia de género está enfocada únicamente en el ámbito doméstico y en la violación. Pero existen muchas otras formas de agresión a la mujer que no son cuestionadas, como el acoso callejero, que nos hace ser más vulnerable a muchas de nosotras", sostienen las integrantes.
La iniciativa nació a partir de la inquietud de una de las creadoras del Observatorio, María Francisca Valenzuela, quien sufrió constantes acosos en la calle desde los 14 años.
En noviembre de 2013, Valenzuela comentó la idea a sus amigas Paula Bell, Patricia Iglesias y Tamara González, todas sociólogas de la Universidad de Chile, quienes aceptaron inmediatamente el proyecto que hoy tiene más de seis mil adherentes en Facebook.
"TAMBIÉN ES VIOLENCIA"
Según la Organización de las Naciones Unidas, un 70% de las mujeres sufren por lo menos una vez en su vida algún tipo de violencia física o psicológica.
En Chile, en tanto, un estudio realizado por el Servicio Nacional de la Mujer, en conjunto con el ministerio del Interior y Seguridad Pública, publicado en noviembre de 2013, arrojó que el 31,9% de las mujeres entre 15 y 65 años declaró haber sufrido alguna forma de violencia alguna vez en su vida.
En cuanto al concepto de violencia, las jóvenes apoyan la definición que la señala como "una forma de violencia de género no deseada que implica silbidos, comentarios sexuales, alusiones groseras al cuerpo de la mujer, tocaciones, masturbación pública, miradas extremadamente lascivas y exhibicionismo".
Según agregó María Francisca Valenzuela, el objetivo principal de la campaña es mostrar que un piropo es una forma de violencia silenciada "y, al parecer, naturalizada, cuando en realidad corresponde a una práctica que vulnera el derecho de la mujer de transitar tranquila y segura por las calles".
Para "visibilizar el problema" las mujeres cuentan sus experiencias de forma anónima de manera dejar en claro su argumento de por qué están en contra de esta práctica.