La mejor época para el período vacacional varía de persona a persona, pero la mayoría hace un recreo en verano. Este tiempo hace posible hacer actividades al aire libre y disfrutar diversos entornos.
Enero y febrero son los meses en los que la mayoría de las personas se toma unos días para desconectarse del trabajo o de sus responsabilidades, aprovechando el verano para viajar o, simplemente, para descansar y olvidar las rutinas. "Las vacaciones son un hito importantísimo dentro del año", afirma el psicólogo y jefe del área de Recursos Humanos de la Universidad Andrés Bello, Rafael Camposano Jamett. "Éstas nos permiten recrear y reposar nuestras mentes y cuerpo, promoviendo mejores estados de ánimo durante el año laboral, así como también previniendo la fatiga y el estrés", comenta.
Por lo mismo, las vacaciones son un motivador que permiten que los trabajos cobren mayor sentido, porque, según explica el experto "las vacaciones se convierten en un producto de nuestro esfuerzo". A lo anterior, agrega Jorge Esparza Lagos, psicólogo laboral de la Universidad San Sebastián, "se constituyen en espacios importantes para compartir con la familia".
Tomando en cuenta lo relevante que es este período de recreo del trabajo, vale la pena preguntarse cuál es la cantidad de días que harán que este descanso sea óptimo y bajo qué condiciones se logra esto.
Rafael Camposano, explica que "según nuestra legislación, el feriado legal para la gran mayoría de los trabajadores es de quince días hábiles. Esta cifra ya ha sido socialmente aceptada y representa un período en el que, efectivamente, es posible descansar, sobre todo si se toma completo". En la medida que este lapso se reduce, el descanso será menos efectivo proporcionalmente, llegando a ser prácticamente nulo si éste es inferior a cinco días.
Es por lo mismo que el psicólogo recomienda no tomar vacaciones que sean de menos de esa cantidad, porque incluso podría afectar negativamente el ánimo y desempeño. "Esto no significa que no podamos aprovechar cada fin de semana, más si es largo, puesto que éstos constituyen el tiempo de descanso semanal necesario", aclara.
Por otro lado, Jorge Esparza menciona que según algunas investigaciones, se ha revelado que independiente de la duración de las vacaciones, los niveles de estrés anteriores a éstas se recuperan a los dos o tres meses de trabajo. Debido a eso, opina que entre dos y tres semanas pareciera ser un buen tiempo para descansar.
LA MEJOR ÉPOCA
Aunque la mejor época para tomar vacaciones varía de persona a persona, según el profesional "la temporada veraniega representa una excelente oportunidad para tomar vacaciones". Y es que el buen clima permite realizar diversas actividades al aire libre, otorgando la posibilidad de disfrutar de la playa, la montaña, visitar otras ciudades, acampar, ir a los lagos y conocer lugares hermosos. Aunque, tampoco desconoce que las vacaciones de invierno otorgan espacios de descanso y reunión familiar.
Pero, independiente de cuándo se tomen las vacaciones -aunque la mayoría lo hace en verano-, los expertos recomiendan dejar una semana para descansar y retomar energías a mitad del año. Ante esta posibilidad, Camposano aconseja conversarlo con los empleadores para planificar de forma realista, "así no se experimentan decepciones o quizás peor aún, sería decepcionan a otros quienes cuentan con este período de vacaciones como un hecho consumado", recalca.
SALIR DE LA CASA
Asimismo, otro aspecto que puede ser diferente según el individuo o las familias, se relaciona con los viajes. En ese sentido, Jorge Esparza cree que "ir a otros sitios de vacaciones es necesario para aquellos que les gusta viajar y conocer nuevos lugares, pero no es una obligación, pues hay quienes prefieren pasar tiempo en su hogar y disfrutar de lugares habituales".
En opinión de Rafael Camposano, aunque es muy bueno viajar lejos del lugar donde se vive, lo importante durante el período vacacional es pasar tiempo fuera de casa, porque haría más efectivo el descanso. "Sólo este hecho nos permite dejar los temas cotidianos fuera del análisis diario y entregarnos de verdad a un estado de relajo", sostiene.
Desde allí, recomienda evaluar las posibilidades reales de realizarlo, porque, de otro modo, "las vacaciones se podrían convertir en un 'fantasma' que nos seguirán durante todo el año laboral", recalca.
DESCONECTARSE
Y, así como las vacaciones no deberían transformarse en un agente estresor antes de que lleguen, evitando, por ejemplo, sobrecargarse de trabajo para dejar todo terminado antes de irse ; lo ideal es que durante el tiempo de descanso las personas puedan desconectarse y deleguen lo que tengan que delegar. Muchas veces esto depende del cargo y funciones que se cumplan al interior de la organización, en las que a veces es inevitable 'desaparecer'. Pero, también es importante tener en cuenta, dice Esparza, que "a veces, las personas creemos que somos imprescindibles, y que si no estamos presentes va a ocurrir algo terrible. Se debe aprender a soltar y confiar".
Pero, más allá de que exista la posibilidad o no de poder olvidarse del trabajo durante los días que duren las vacaciones, según ambos psicólogos, la regla de oro es que las personas realicen las actividades que más le gusten. "Para algunos lo más efectivo será viajar, para otros pasar tiempo en casa, habrá quienes disfruten hacer deportes y otros leer, ver televisión o como ellos mismos lo declaran: 'no hacer nada'. Lo importante es no sentirse presionados a hacer actividades que recrean a otros y a nosotros nos cansan más aún", concluye Rafael Camposano.