Incendios forestales
El fuego ha devastado extensas áreas de plantaciones en la provincia de Arauco, afectando también a viviendas y poniendo en riesgo a poblaciones.
Las autoridades han formulado nuevos llamados a la población para tomar conciencia acerca de los riesgos asociados a nuestro actuar y a la necesidad de ser cuidadosos para evitar que surja el fuego. Son catástrofes que año a año afectan a extensas zonas de nuestro territorio y a miles de personas que viven, trabajan o hacen turismo en esos lugares. Tienen también un elevado costo económico para el país, que se estima, según cifras del Gobierno en unos 50 millones de dólares por temporada.
Durante la última década, el número de incendios forestales ha sido, en promedio, algo mayor a los 6 mil anuales, que han destruido o afectado más de 50 mil hectáreas cada temporada. La superficie que se quema cada año equivale a una franja de medio kilómetro de ancho que recorriera la distancia entre Santiago y Puerto Montt.
De acuerdo con lo que han señalado los expertos, la principal causa de los siniestros de bosques no es de tipo climática sino producida por el hombre (99%), ya sea en forma intencional o por negligencia en su actuar, lo que causa graves daños al patrimonio nacional y a la naturaleza.
Se recordará que Chile enfrentó hace algunos años incendios devastadores, como las 18.000 hectáreas de bosque nativo consumidas por las llamas en el Parque Nacional Torres del Paine, y en nuestra región el que afectó a la zona de Quillón e Itata, que además de plantaciones consumió viviendas y la planta de Paneles de Celulosa Arauco, en el complejo Nueva Aldea, ahora ya repuesta.
El Congreso Nacional aprobó en marzo de 2013 la ley 20.653, que eleva las penas a quienes intencionalmente o por negligencia causan incendios forestales. El cuerpo legal también sanciona con severidad a quienes usen fuego en áreas protegidas y a quienes realicen limpieza de terrenos sin permiso de la autoridad competente, mediante el uso de fuego.
El gobierno está preocupado por este tema y ha volcado todos sus esfuerzos para prevenir y combatir los incendios forestales de manera eficiente y oportuna. También las empresas de la madera y la celulosa han desplegado sus medios técnicos y humanos, reduciendo así el impacto social, ambiental y económico que estos siniestros provocan en nuestro país. La mejor prevención es que cada persona tome conciencia de la necesidad de evitar estos siniestros y proteger la flora y fauna de Chile.