La información sobre las carreras será un gran aliado en la postulación
Uno de los mayores problemas dentro del proceso de entrada a la educación superior es la frustración que aparece tanto en las expectativas no cumplidas en los puntajes de la PSU y en la mala elección de carrera.
Para los estudiantes este es un período difícil. El primer paso fue enfrentar la temida Prueba de Selección Universitaria. Lo siguiente será el proceso de postulación que los llevará, finalmente, a comenzar una nueva vida en la educación superior.
Sin embargo, la ansiedad se hace mayor, ahora que falta poco para conocer los resultados de la prueba.
Según la estadística del Demre, fueron más de 271 mil 500 los inscritos para rendir la PSU, para quienes la espera trae consigo, en muchos casos, incertidumbres respecto de las decisiones y consecuencias que traerán los puntajes obtenidos.
La psicóloga de la Dirección de Apoyo a los Estudiantes de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Daniela Sáez, explicó que es importante manejar la ansiedad inherente a la etapa de espera, de manera de poder enfrentar las posibles frustraciones posteriores a la PSU.
Sobre lo anterior sostuvo que un factor necesario es "construir previamente expectativas realistas y consecuentes con lo realizado durante el año".
INFORMARSE Y ANALIZAR
Respecto de la necesidad determinar el manejo de las expectativas, la profesional afirmó que se debe entender que el logro del puntaje PSU esperado es, la mayoría de las veces, proporcional a una buena estrategia de estudio, esfuerzo, dedicación y trabajo sistemático.
Por lo anterior es que, tal como aseveró Sáez, aclaró que tener claridad sobre este punto, permite una evaluación más realista de los resultados obtenidos.
Reflexionar, analizar y evaluar algunos elementos claves para la toma de decisiones, es, a juicio de la especialista, un trabajo interno que es recomendable que los estudiantes realicen, especialmente ahora que se encuentran con tiempo disponible.
"En este sentido, es importante que puedan conocer las propias destrezas, capacidades y/o habilidades personales, ya sean académicas y de personalidad, que sean acordes con su rendimiento y el ejercicio de determinada profesión", enfatizó Daniela Sáez.
Otra acción positiva que para llevar adelante es buscar activamente información sobre todas las ofertas de estudio que se presentan en relación a los gustos e intereses personales, considerando siempre las capacidades mencionadas anteriormente.
SABER ELEGIR
Elegir una carrera no es fácil, especialmente por el generalizado desconocimiento sobre la mayoría de ellas. Es por esto, que buscar apoyo en la información permite una elección más segura.
Así lo manifestó la psicóloga de la Ucsc, Lorena Rodríguez, quien aseveró que conversar con personas que estén trabajando en el oficio o profesión que les interesa, ayuda a que los estudiantes tengan un mejor respaldo en su camino a la educación superior.
"Es fundamental investigar objetivamente las posibilidades de empleo, remuneración y, en síntesis, nivel de satisfacción laboral, que existen en el mercado de acuerdo a la carrera que se pretende elegir", reiteró Rodríguez.
La especialista agregó que si una vez conocidos los resultados éstos no fueron los esperados, una buena medida es evaluar los errores cometidos, reformularse una nueva meta y estrategia para el logro de ésta, o buscar una alternativa acorde de entre la múltiple gama de opciones estudiantiles que ofrece el mercado.
Lo anterior, desde la perspectiva de que además de estos criterios orientadores, es importante recordar a los jóvenes que la elección profesional debe ser una decisión personal, guiada u orientada por terceros como padres, profesores u otras personas.
Sin embargo, sobre la toma de decisión, la psicóloga recordó que hay que tener presente que es el estudiante quien "tendrá que desempeñarse durante casi toda la vida en esa profesión y, por lo tanto, si no genera satisfacción, el nivel de frustración resultante sólo lo vive esa persona".
DECISIÓN PERSONAL
De acuerdo a la posible frustración generada ante una decisión poco satisfactoria, ambas tanto Sáez como Rodríguez coincidieron en un importante punto: el joven no debe ingresar a estudiar por expectativas de los padres, ya sea porque ellos no lo pudieron hacer, para que se sientan orgullosos o para retribuirles el esfuerzo que han entregado en la crianza.
Daniela Sáez fue enfática al sostener que hay que recordar que los padres ya vivieron su vida y los hijos no deben ser la extensión de las metas personales de ellos.
"Cada persona tiene derecho a vivir su vida de acuerdo a sus convicciones y vocación", planteó la profesional.
Para Lorena Rodríguez, en tanto, los estudiantes deben tener claro que el agradecimiento hacia los padres no se expresa mediante la elección de lo que ellos dictamina.
"Esto más bien se hace mediante otros procesos afectivos y de roles que no tienen relación con el ingreso a una carrera universitaria de gusto o interés de los progenitores", planteó.