Provincia argentina levanta prohibición a las redes socialesRobot Curiosity tendrá una versión en bloques Lego Astronautas se esfuerzan por reparar estación espacial Radiación UVayuda a descontaminar el aguaEvolución no sería tal como dice Darwin
Estudio de la Universidad de Oxford analizó en profundidad el desarrollo del hornero para determinar las influencias en su proceso evolutivo.
Una versión de 295 piezas que saldrá a la venta a comienzos de enero tiene ahora Curiosity, el robot de la Nasa que lleva un año y medio recorriendo las desérticas llanuras de Marte en busca de vestigios de vida y agua.
La idea detrás de esta creación es motivar a los niños sobre temas como la exploración espacial y la ciencia. El juguete cuenta con un sistema de suspensión y un brazo robótico completamente funcional, al igual que su modelo marciano.
Los saqueos y la escalada de violencia que sufrió Córdova recientemente y que se extendió a otros lugares de Argentina motivaron a la legislatura de la provincia de Entre Ríos a dictar una resolución que prohibía el uso de redes sociales, principalmente Twitter y Facebook, en situaciones de excepción.
Ayer el ministro de Cultura y Comunicación de la provincia, Pedro Báez, admitió que la resolución afecta la libertad de expresión. En la cuenta oficial de Facebook, el ministro emitió un comunicado expresando su "equivocación y error de juicio al valorar el proyecto", como así también que "el mismo colisiona con políticas públicas en materia de Derechos Humanos y de libertad de expresión que han sido y son ejes centrales de nuestro gobierno".
Sin embargo insistió en que "es indudable que el poder de las redes sociales es tal que son capaces de generar una realidad paralela que ponga en peligro la paz social", por lo que solicitó a los ciudadanos "responsabilidad en el uso de las mismas sobre todo en momentos de convulsión".
La resolución había desatado las iras de la comunidad entrerriana y del país trasandino en general.
Una segunda caminata espacial realizaron ayer dos astronautas de la Estación Espacial Internacional en una misión fuera de programa para reparar el sistema de refrigeración del complejo que orbita a la Tierra a más de 400 kilómetros de altura.
Mike Hopkins, de 44 años, y Rick Mastracchio, de 53, hicieron una primera salida de 5 horas y media el sábado para retirar la bomba de amoniaco fallida (de 355 kilos) y ayer realizaron una nueva expedición para instalar una de repuesto que fue manipulada desde el interior de la EEI por Koichi Wakata, al mando del brazo robótico de la estación, de 15 metros.
La sustitución de la bomba de amoniaco en la EEI no podía esperar, dijo la semana pasada la Nasa, que había tratado de resolver este problema de forma remota, accionando una válvula para compensar la que estaba bloqueada e impedía la circulación normal de amoníaco en el circuito destinado a mantener una temperatura adecuada.
Esos dañinos rayos ultravioleta de los que debemos protegernos con bloqueador solar, sombrero y gafas están mostrando sus bondades cuando se trata de limpiar de microorganismos el agua.
De acuerdo a un informe de FIA (Fundación para la Innovación Agraria), ya está en marcha un proyecto para "desarrollar un tratamiento sanitario previo de aguas de riego, en base a radiación ultravioleta, y que asegure aguas aptas para riego de hortalizas".
Esta iniciativa es ejecutada por el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Inia) y busca tratar las aguas de riego para reducir la carga microbiana a los niveles aceptados por la normativa chilena, permitiendo así su uso para el riego de hortalizas como lechuga, perejil, cilantro, apio, repollo y frutillas, entre otras, que crecen a ras de tierra y se consumen crudas.
Gabriel Saavedra, coordinador del proyecto, explica que "la regulación sanitaria actual exige a los agricultores realizar programas anuales de muestreos bacteriológicos y químicos, de acuerdo a la norma 1.333, que fija los criterios de calidad del agua de acuerdo a ciertos requerimientos científicos.
Por ello, (se plantea tratarla) a través de la utilización de la tecnología de desinfección, por medio de radiación UV, y se quiere validar su efectividad en el control de bacterias que provocan enfermedades gastrointestinales, puesto que la luz UV -emitida a una longitud de 254 nanómetros- actúa a nivel de material genético de los microorganismos, destruyendo y evitando la capacidad de supervivencia y multiplicación de los mismos".
Para tratar el agua de modo que se pueda usar para regar hortalizas se ha desarrollado una "lámpara del filtro que tiene una duración de 16 mil horas, lo que proyectado a un uso continuo duraría alrededor de 2 años sin que se ensucie con sedimentos y afecte la eficiencia de control", asegura Saavedra.
Por su parte Loreto Burgos, ejecutiva de innovación de FIA a cargo del proyecto, subraya que "esta técnica les permitiría a los pequeños agricultores entrar a los rubros de hortalizas, que son intensivas en el uso de mano de obra, pero que tienen mayor rentabilidad.
Esta herramienta les permitirá usar sus predios durante todo el año con una gama de hortalizas que se adaptan a las distintas estaciones y generan ingresos, constantes y superiores a los logrados en las prácticas que hoy les posibilitan los cultivos autorizados, lo que iría en directo beneficio de todos", aseguró.
La iniciativa considera una inversión total de más de $90 millones, de los cuales FIA aporta casi $60 millones.
Una empresa austriaca ha desarrollado un dispositivo que se atornilla al gollete de una botella e informa cuándo el agua que contiene ya se ha vuelto potable.
La innovación se sostiene en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la eficacia del método conocido como Sodis, que realiza la desinfección del agua mediante la exposición a los rayos solares para eliminar bacterias, virus y parásitos.
Sodis utiliza una botella transparente, agua y la exposición a la luz solar para potabilizar el agua, algo de extrema importancia en países de África, Asia e, incluso, algunos de América, donde las enfermedades que causa beber agua contaminada cuestan la vida a unos 2,2 millones de personas cada año.
El problema con el método Sodis, puntualiza Martin Wesian, creador del aparato mencionado anteriormente, es que la gente no lo usa porque no sabe cuándo los rayos ultravioleta han hecho su trabajo y es seguro beber el agua.
Por ello desarrollaron un aparato de bajo costo, que funciona con un panel solar, dura unos cinco años y mide la cantidad de radiación UV recibida por la botella para avisar (con una carita feliz) cuando el agua ya está apta para consumir.
El aparato se ha probado ya sobre el terreno en la India y entre comunidades nómadas de Kenia y Etiopía, y a partir de enero empezarán a distribuirse a gran escala en Uganda, entre los pigmeos batwa, y también en Ghana. En América Brasil, Perú, Bolivia y Chile han mostrado interés.
El dispositivo, llamado Wadi, puede ser usado también en los deportes outdoor y en caso de catástrofes para procurar agua bebestible a los damnificados.
Uno de los planteamientos del padre de la Teoría de la Evolución, Charles Darwin, es que animales que coexisten en un mismo ambiente desarrollan características diferenciadoras debido a la competencia (por alimentación, espacio, etcétera).
Sin embargo un estudio reciente de científicos de la Universidad de Oxford, Reino Unido, descubrió que las especies que viven juntas no están obligadas a evolucionar de manera diferente.
En un artículo publicado en la revista Nature, los investigadores sostienen que las especificidades parecen evolucionar cuando los animales viven aisladamente.
Para este estudio, el análisis más profundo realizado por el momento de los procesos que provocan las diferencias de evolución entre especies, los investigadores se centraron en el hornero (Furnarius), una familia de aves de gran diversidad, que se caracteriza por construir nidos con forma de horno de barro.
Así descubrieron que la mayoría de las especies de hornero sólo se encuentran con sus semejantes más cercanos varios millones de años después de que se separaron de un ancestro común. Esto les da tiempo de sobra para desarrollar diferencias de evolución por separado.
De hecho, una vez que se contabilizó la variación en la edad de las especies, las que coexisten en realidad son más similares que las especies que evolucionan por separado, lo que contrasta fuertemente con la teoría darwiniana.