Joven emprendedora apuesta por innovar el método caligráfico
Loreto Muñoz fue una de las 12 ganadoras del concurso Jump Chile, que distingue a los proyectos más creativos del país y en donde compitió con un total de 1.200 participantes.
Sentar las bases de caligrafía y escritura de los menores de primero básico de una forma amigable, especialmente con los alumnos de escuelas municipales, es uno de los objetivos del proyecto que este año inició Loreto Muñoz, educadora de párvulos y docente de la Universidad Católica de la Santísima Concepción.
Esta mujer, de 38 años fue destacada recientemente por liderar una las 12 iniciativas más innovadoras del país a través de Jump Chile. El encuentro, en donde participaron más de 1.200 proyectos, es organizado por la Universidad Católica y Sura, también es apoyado por Corfo.
Las "pizarras amistosas" consisten en un sistema para escribir en primero básico, con un diseño cuadriculado, caligráfico y lineal. El fin no es reemplazar al lápiz y al papel, sino que al contrario, preparar al niño para enfrentarse a la escritura, de una manera didáctica y entretenida.
La idea surgió cuando Loreto se encontraba realizando su tesis de doctorado, proceso en el que comenzó a evidenciar la notable problemática existente entre los alumnos que se encontraban iniciando la etapa escolar básica. "Me di cuenta de que a pesar de los esfuerzos que hacía el profesor, los escolares estaban estancados. Ahí se me ocurrió tomar estrategias, dándole un nuevo formato con color a la caligrafía", sostuvo.
Fue así como decidió contactarse con un diseñador gráfico, quien la orientó en la materialización del proyecto. En conjunto armaron el primer prototipo de la pizarra, principalmente orientada al uso del docente.
"La piloteé en la sala en donde me encontraba haciendo la tesis, y la profesora me comentó que la idea era genial. Fuimos perfeccionando el prototipo y le dimos color en función de lo que la profesora hacía. Por ejemplo, en la parte superior la pintamos celeste, simulando una especie de cielo; al medio el color fue verde como pasto; y finalmente café, como color tierra. Así los niños se iban orientando más rápido sobre las zonas en donde tenían que escribir", destacó.
Para sacar adelante los primeros prototipos, esta emprendedora decidió postular a un proyecto en Innova Bío Bío, en donde se adjudicó $5 millones para el sistema de pizarras y material didáctico. Luego, al ver la necesidad de conseguir más fondos postuló al Jump Chile, en donde adquirió un gran potencial, al sobresalir entre cientos de proyectos. Además, de ganar más de $2 millones.
Si bien, aún no define los valores de las pizarras, sí está claro que pretende comercializarlas y darle un valor agregado a su negocio. Actualmente, la idea está protegida por derecho de autor.
"En este momento mi prioridad es avanzar para llegar a más escuelas. Tengo que pensar en qué opción voy a tomar. Mi idea no es reemplazar al papel y al lápiz en todo caso, pues lo valioso de esto es la lógica y la metodología de diseño en material concreto. Para el niño es motivante y atractivo", detalla. Cada alumno contará con un portafolio, en donde irá registrando un orden de cada una de las etapas de avance, que incluyen color hasta procesos más difíciles para los alumnos.