"Soy otra persona, me he convertido en Concepción"
Cuando falta menos de una semana para las elecciones presidenciales, parlamentarias y de cores, el arzobispo de Concepción, Fernando Chomali, hizo un llamado a la comunidad a que participe de este proceso democrático y asista a votar el próximo domingo.
Además, se sumó a las conclusiones que anunciaron los obispos este fin de semana, haciendo un llamado a sufragar en conciencia, considerando los temas valóricos de los programas de los candidatos.
-Toda persona tiene que preguntarse qué país quiere para él y su descendencia. La manera cómo se llega a ese país es a través de las leyes, es a través de la visión que tiene el Ejecutivo y, desde ese punto de vista, si una persona ve como norte la defensa de la vida humana, la promoción del matrimonio y la justicia social, obviamente que la Iglesia invita a que vea entre candidaturas cuál va con más conformidad al país que quiere para él y para su descendencia. Lo que nunca la Iglesia va a hacer es decir por quién votar, eso no le corresponde, pero sí llama a que las personas tomen conciencia respecto de lo que significan las ideas de tal persona para la cultura que tenemos en nuestro país. Yo estoy muy de acuerdo con esa información.
-Un buen católico tiene que ser un buen ciudadano y votar es un derecho, porque es la forma cómo se elige a los futuros gobernantes, pero también es un deber, es una manera de hacerse presente en la política que es la mejor manera que tenemos de contribuir por el bien común. Nosotros queremos decirle a la ciudadanía que votar es un deber moral y lo hacemos con el lenguaje de los jóvenes. Es una campaña que ha tenido muy buena acogida. Es la segunda vez que la hacemos, la realizamos también para las municipales.
En mayo de 2011, monseñor Fernando Chomali asume como arzobispo de Concepción. Hoy, a dos años y medio de su arribo, evalúa positivamente su paso por la Región y explica que hay mucho trabajo por hacer, que su rol es velar por las personas injustamente tratadas, los que no tienen voz.
"Me emociona como las personas sufrientes ponen su esperanza en la Iglesia que la ven realmente interesada de su situación. La perciben como una madre. Y una madre por un hijo sufriente mueve cielo, mar y tierra, para aliviarle el dolor. Eso es lo que he tratado de hacer. No le tengo miedo a ser criticado por defender a los trabajadores, a los desvalidas, a los que sienten maltratados, a los que no se sienten escuchados. Esa es parte de mi responsabilidad como pastor", destaca.
-Me he convertido en Concepción, soy otra persona. Nunca en mi vida había palpado tan de cerca la pobreza, el dolor de mucha gente. A mí eso me ha conmovido. Digo, con mucha honestidad que me he convertido en Concepción y he visto con mayor claridad la invitación que nos hace la Iglesia de estar preferentemente cerca de los pobres, pienso que tengo un deber para con ellos. Creo que la Iglesia es un puente extraordinario para generar vínculos, creo que a la sociedad chilena lo que le falta son vínculos, estamos demasiado cerrados en nosotros mismos, estamos muy a la defensiva y con esas actitudes no vamos a construir un país de hermanos. Entonces para que el país que estamos construyendo tenga una dimensión de fraternidad se necesitan vínculos. Es mi propuesta.
Agrega que lo que ocurre en la Región no le es indiferente y eso lo motiva a tener un rol activo para combatir injusticias. "Me avergüenzo mucho como chileno que soy enterarme a carta cabal del drama del pueblo mapuche estando en Concepción. La realidad del pueblo mapuche, su riqueza como pueblo, y la discriminación constante que sufren no es un tema para muchos chilenos. Eso es muy triste porque no ayuda a generar una sociedad fraterna donde los hombres y las mujeres constituyen una riqueza", critica.
-La cantidad de gente que va al Arzobispado, que va a pedir ayuda, a ser escuchada, la gran mayoría no aparece en la prensa. Siempre he dicho que tengo las puertas abiertas para poder colaborar, especialmente a los que se sienten más débiles e indefensos. Evidentemente los discapacitados están en una situación de indefensión, de no escucha, de pobreza que requería una presencia más activa del Estado y yo procuré ese encuentro. En el tema del Mall del Centro realmente es terrible tener un mall en pleno centro de Concepción que funciona a todo viento y que quienes hicieron ese trabajo no se les haya pagado adecuadamente, eso es una injusticia. Yo me la jugué para que pudieran sentarse a conversar y, sobre todo poder llegar a buen fin, para que se les cancele lo que se les debe. Yo espero que eso prospere y tengo mucha libertad para llamar al vicepresidente de Ripley y a la gente del consorcio porque mi único interés es que se cumpla la justicia.
-Provengo de una familia con una gran sensibilidad artística y yo creo que una sociedad que cuida la dimensión estética es una sociedad auténticamente humana, el arte es una forma maravillosa de conocer al hombre, de conocer la sociedad, de mostrar valores. He tratado de promover con los artistas de Concepción varios proyectos, en esa línea, que han sido muy hermosos.
-La postura de la Iglesia en esta materia es muy clara: Toda persona debe responder por sus actos y eso le corresponde a la justicia. Esta persona pertenece a una congregación de derecho pontificio que es el Salesiano y son ellos los responsables de velar para que haya un justo juicio. Pero lo que sí está claro es que en el sacerdocio no hay espacio para los abusadores y le corresponde a la justicia determinar si lo fue o no y ese veredicto debe ser respetado.