Su padre comenzó el negocio en Concepción hace 30 años. Hoy lo mantienen con creces en la zona y al mismo tiempo en EE.UU.
Construir un proyecto inmobiliario inédito en Concepción es la tarea que hoy lideran los hermanos Claudio y Pablo Bravo, de 31 y 29 años, respectivamente. La ambiciosa apuesta consiste en un edificio de 8 pisos, con13 departamentos de 350 metros cuadrados cada uno. Lo anterior sin mencionar el penthouse, que incluye 720 metros cuadrados y se ubicará en el último piso.
Si bien, el moderno edificio contará con diversas áreas comunes que incluirán piscinas temperadas y gimnasio, cada departamento tendrá su quincho y sauna privado. Además se instalarán ascensores independientes para cada propietario, de manera de entregar la máxima privacidad. El costo de estas lujosas propiedades va desde las 17.500 UF, mientras que la inversión total por parte de la Inmobiliaria Bravo y Constructora Claudio Bravo, bordea los US$7 millones.
Pese a que las obras aún no comienzan y se iniciarán a principios de octubre en el sector Quinta Junge de Pedro de Valdivia, según los hermanos Bravo, ya cuentan con la mitad de los departamentos vendidos "en blanco", sinónimo que sin duda para ellos se traduce en la confianza que hoy depositan sus clientes.
Y es que esta empresa liderada por estos dos jóvenes ya cuenta con más de 30 años de prestigio en Concepción, a manos de su padre, Claudio Bravo Barrios, un reconocido constructor y emprendedor de la zona, quien durante décadas se dedicó a hacer crecer su negocio.
Gracias a su esfuerzo y trabajo, que según sus hijos siempre apuntó a la calidad más que a la cantidad, la empresa lideró relevantes proyectos que incluyeron la construcción de casas y departamentos que apuntaban a un segmento socioeconómico alto.
A los 59 años, este empresario falleció producto de un cáncer, que sin duda dejó un fuerte vacío en la vida de sus hijos, pero que al mismo tiempo los impulsó a continuar con su trabajo de desarrollo inmobiliario, no tan sólo en la zona, sino que también en Estados Unidos, California. Allí aprovecharon a comprar propiedades para la crisis del 2006, inversión que hasta el día de hoy les entrega frutos, pues cuentan con un contrato de arriendo ligado al Gobierno Americano y al mismo tiempo también construyen edificios de alta calidad, similares a los de Concepción.
Para estos hermanos, sin duda la excelencia y dedicación en cada uno de los proyectos en que deciden encaminarse, es una de las cualidades que heredaron de su padre y que decidieron mantener, legado que hoy plasman a través de esta exclusiva propuesta, que tendrá por nombre "Edificio Bravo", en honor a su padre.
SIGUIENDO SUS PASOS
La historia de Claudio y Pablo no está lejos del esfuerzo y dedicación, quienes desde muy jóvenes apostaron por estudiar, trabajar y proyectar innovadoras propuestas. Mientras que Claudio decidió estudiar la carrera de Retail Management en Estados Unidos y que tiene que ver con el área administrativa, Pablo optó por ser Ingeniero en Construcción Civil. Ambos ingresaron tempranamente al mundo laboral para seguir los pasos de su padre.
Mientras que Claudio se fue a los 17 años de su hogar emprendiendo rumbo a Santiago, y más tarde siguió, a los 21 años, a Estados Unidos, Pablo se dedicó a aprender desde pequeño cómo funcionaba el rubro inmobiliario, que tanto amaba su padre. A los 24 años construyó su primera casa.
Mientras Claudio trabajaba duro en Estados Unidos, específicamente en el Rancho Mirage, desde donde se dedicó a la compra de viviendas, remodelación y arriendo. También construía casas y edificios y gracias a ese esfuerzo hoy suman más de 60 propiedades en ese país. Hasta el día de hoy, Claudio se hace cargo de este negocio, pero viaja una vez al mes a Concepción.
Con el inicio de este nuevo proyecto completan seis edificios en total, dos de ellos construidos exclusivamente por Pablo, según cuenta orgulloso. Y en la zona van por más, ya que cuando terminen esta innovadora propuesta, de aquí al 2015, ya tienen previsto iniciar un nuevo emprendimiento.
Hoy, a través de la inmobiliaria y la constructora han llegado a darle trabajo a unas 120 personas. Eso sí, siempre con los socios únicos: Pablo y Claudio.
"Lo que estamos haciendo ahora es por mi papá. Actualmente tenemos proyectos pensados para 8 ó 10 años más incluso. Pero hoy estamos cien por ciento enfocados en este edificio. Vamos paso a paso. Es como subir una escalera, peldaño por peldaño. No nos interesa saltarnos ninguno. Queremos hacer una cosa y realizarla bien, tal como lo hacía nuestro padre", concluyen.
El 27 de febrero de 2010 Claudio y Pablo se encontraban en Estados Unidos. Sin embargo a través de la televisión pudieron observar con asombro la vulnerabilidad de puentes, edificios y casas, que se vieron seriamente afectadas por el megasismo. Afortunadamente, según indicaron, sus propiedades no sufrieron ningún tipo de daño. "Creo que este fenómeno marcó un antes y un después en la vida de los penquistas. Hoy están dispuestos a gastar su dinero y a invertir en mejores infraestructuras", asegura el ingeniero.