"Los ejecutores de estos crímenes actúan en desafío al derecho internacional. No temen las consecuencias", precisó informe de ONU.
Una comisión de la ONU confirmó que el régimen del presidente sirio Bashar Assad y sus partidarios perpetraron por lo menos ocho masacres, mientras que los rebeldes efectuaron una, en el transcurso del último año y medio.
La labor de la comisión resalta el empeoramiento de la violencia contra los civiles, incluyendo ejecuciones y bombardeo de hospitales mientras el gobierno lucha por recuperar los territorios en poder de los insurgentes, incluyendo extranjeros islamistas, que también han cometido crímenes de guerra.
"Los ejecutores de estas violaciones y crímenes, de todas las partes, actúan en desafío al derecho internacional. No temen las consecuencias. Es imperativo entregarlos a la justicia", subrayó el informe de la comisión de Naciones Unidas que investiga los abusos de los derechos humanos en Siria.
El informe de la comisión abarca desde 2011 hasta mediados de julio, antes del presunto ataque con armas químicas del 21 de agosto en el que se presume murieron cientos de civiles.
Tras llamar a Siria un campo de batalla en el que las fuerzas armadas salen impunes de los asesinatos a gran escala, la comisión indicó que en cada uno de los incidentes desde abril del 2012 "los asesinatos intencionales masivos y la identidad de los ejecutores han sido confirmados conforme a las normas de pruebas de la comisión".
Los cuatro miembros independientes de la comisión destacaron además que desde marzo investigan otros nueve asesinatos en masa. En esos, agregó, las muertes ilegales han sido confirmadas pero los autores no han sido aún identificados.